Los felinos también sufren el estrés y pueden llegar a padecer trastornos físicos y de conducta. Se dice de los gatos que están semidomesticados, es decir, que no están domesticados del todo, simplemente socializados con los humanos. A diferencia de los perros, son animales que no responden ante una jerarquía social (el líder de la manada, su amo) ya que los felinos no conviven en manadas sino que son unos animales territoriales ligados fuertemente a su entorno. Un gato doméstico socializado con los humanos se convierte en un ser dependiente de las personas para conseguir alimento, bienestar y afecto. Los propietarios de los gatos son los que establecen este entorno “sagrado” para los felinos y cualquier cambio del mismo puede ser considerado como algo estresante para el gato.
Los parásitos son seres vivos que viven a costa de otro ser vivo superior, habitan dentro o sobre ellos y les causan molestias que pueden llegar a ser muy perjudiciales. ¡Y viven también en los meses fríos! Desde hace algunos años es habitual escuchar acerca del calentamiento global y el cambio climático. Fue en 1992 cuando se dio el primer paso a nivel mundial para afrontar este preocupante problema. Ese año tuvo lugar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Le siguieron el Protocolo de Kyoto, en 1997, y el Plan Intergubernamental sobre el cambio climático en 1998.
Una de las primeras exploraciones que el veterinario solicita más frecuentemente para comprobar el estado de salud de la mascota es un análisis de sangre. Le sirve no solo para diagnosticar una enfermedad sino para realizar el seguimiento de la misma y comprobar la respuesta al tratamiento.
El síndrome de disfunción cognitiva (SDC) es una patología crónica y progresiva que afecta al sistema nervioso de las mascotas, principalmente los perros. Tiene algunas semejanzas con el alzhéimer humano. El tratamiento adecuado incluye aspectos como la modificación del entorno y de la conducta. En algunos casos también ciertos medicamentos sirven de ayuda. Algunos estudios indican que el 28 % de los perros entre 11 y 12 años y el 68 % de los que tienen 15 y 16 años muestran al menos algún signo asociado con el SDC.
Los gatos son animales muy pulcros, tanto que dedican buena parte de su tiempo a acicalar su pelaje. En el proceso de limpieza, su lengua recoge el pelo muerto o débil y se lo traga. En la mayoría de los casos, el pelo recorre el tracto digestivo sin mayores problemas y es eliminado posteriormente junto con las heces. Sin embargo, en otras ocasiones, el pelo se acumula en el esófago, el estómago o en los intestinos y forma una bola que impide el paso de los alimentos y provoca el malestar de los felinos. La única manera que tienen los gatos de eliminarla es a través del vómito, y como al hacer el recorrido contrario las bolas de pelo pasan por el esófago, por lo general tienen una apariencia tubular más que redonda.
Hay algunos perros que cuando salen al parque se comportan de forma repulsiva para nosotros los humanos: se empeñan en comer basuras, sus propias heces o incluso las que se encuentran por el camino. Este comportamiento que tienen nuestros animales cuando se comen las heces se conoce como coprofagia. En la naturaleza hay especies que practican esta conducta habitualmente, como es el caso de los conejos, que realizan la digestión en dos veces para asimilar todos los nutrientes y por lo tanto es necesaria para su alimentación. Zorros, lobos y chacales lo practican en su vida silvestre. Pero en el caso de los perros es una conducta que se da solo bajo determinadas condiciones, pudiendo tratarse de ingestión de materia fecal propia o de otros animales.
La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se encuentra en el cuello. Fabrica las hormonas tiroideas (denominadas T3 o triyodotironina y T4 o tiroxina) que se encargan de regular el metabolismo, es decir, la manera que tiene el organismo de utilizar la energía que proviene de los alimentos. Los problemas tiroideos más frecuentes se deben a una producción anormal de hormonas tiroideas: si genera pocas, la patología se denomina hipotiroidismo; si por el contrario las libera en gran cantidad, tenemos un cuadro de hipertiroidismo. El principal objetivo del tratamiento será pues el de conseguir que la producción de hormonas recupere sus niveles normales. El hipertiroidismo es una enfermedad endocrina que se ve con bastante frecuencia en los gatos geriátricos, es decir, aquellos que superan los ocho años de edad.
Se habla mucho de la hiperactividad, sobre todo en niños, y hace referencia a un comportamiento en el que prima un aumento de la actividad física, impulsividad y dificultad para mantener la atención en una actividad durante un periodo continuado. Los perros también pueden sufrirla. Hay momentos en la vida de un perro en los que puede mostrar algún problema de hiperactividad, como ladrar en exceso, problemas destructivos o falta de control de la micción, pero se les suele dar poca importancia por lo que se dejan pasar. Pero si permanecen en el tiempo o se intensifican sí que puede ocasionar problemas más serios y hay que buscar una solución al problema.
En algunos perros y gatos de pelaje claro se aprecia una mancha de color café cerca del lagrimal. Normalmente indica que existen problemas en el conducto nasal y es necesario actuar para mantenerlo bajo control. Cuando el conducto lagrimal funciona correctamente las lágrimas fluyen hacia la nariz sin ningún problema. Sin embargo, si existe algún problema, las lágrimas buscan un camino alternativo y salen por los ojos; se acumulan en la piel y el pelaje cercano a la nariz, alteran su color y, además, las bacterias que normalmente viven en la superficie proliferan y causan mal olor. Este problema, denominado epífora, es bastante habitual y hay que prestarle atención para controlar tanto el mal olor como la posible inflamación de la piel.
A veces se tiene que echar una mano a la madre naturaleza y, a través de las vacunas, “enseñar” a las defensas del organismo a “luchar” contra los virus del ambiente. Si un animal está correctamente vacunado, aunque le ataque el virus la enfermedad que desarrolle será mucho más leve. Este tipo de virus se clasifica en las cepas parvovirus CPV1 y CPV2, este último con las variantes CPV2a, CPV2b y CPV2c. Este virus se transmite por vía oral. La convivencia estrecha entre perros favorece la diseminación del parvovirus entre unos animales y otros.
La diabetes es una enfermedad metabólica caracterizada por eliminación excesiva de orina, adelgazamiento, sed intensa y otros trastornos generales. Al hablar de un paciente diabético no sólo nos referimos a personas: es una de tantas enfermedades que compartimos el ser humano y los animales. Existen varios tipos de diabetes entre las que fundamentalmente cabría distinguir tres: mellitus, gestacional e insípida.
Aún queda mucho por estudiar en torno a este tema, pero poco a poco los investigadores van arrojando luz sobre muchas cuestiones: ¿cuáles son las causas?, ¿se puede prevenir?, ¿cómo se puede tratar y eliminar definitivamente?. Los avances en medicina veterinaria han prolongado considerablemente la esperanza de vida de las mascotas, por lo que el número de pacientes geriátricos cada vez es mayor. Entre estos, el cáncer es una patología relativamente frecuente.
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