La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género Leishmania, que son transmitidos por la picadura de mosquitos flebótomos infectados. Esta enfermedad afecta tanto a humanos como a animales, especialmente a los perros, que actúan como reservorios del parásito.
La transmisión de la Leishmaniosis se produce cuando hembras de insectos del género flebotomo, que se alimentan de sangre, ingieren los amastigotes (formas intracelulares del parásito protozoario), al succionar sangre de animales infectados.
En España se presentan fundamentalmente dos tipos de Leishmaniosis, en función de sus manifestaciones patológicas: la leishmaniosis visceral y la leishmaniosis cutánea. Ambas coinciden en que los vectores implicados en mayor medida en la transmisión son las hembras de dos mosquitos pertenecientes al mismo género: Phlebotomus perniciosus y el P. ariasi.
El reservorio más importante demostrado en nuestro país es el perro (que a la vez es huésped susceptible).
La leishmaniosis se presenta en tres formas clínicas principales, cada una con características y síntomas específicos:
Leishmaniosis cutánea:
Leishmaniosis mucocutánea:
Leishmaniosis visceral (kala-azar):
La L. visceral o Kala-azar se presenta de forma endémica, siendo una enfermedad que tiende a ser crónica y afecta especialmente a niños. En los últimos años se ha presentado con mayor frecuencia en personas con síndrome de inmunodeficiencia adquirida y en personas sometidas a tratamientos inmunodepresores (pacientes oncológicos, transplantados, etc.).
La leishmaniosis se transmite a través de la picadura de hembras de mosquitos flebótomos infectados, que se alimentan de sangre. Los flebótomos contraen el parásito al picar a un animal o persona infectada, y luego transmiten la infección a otros huéspedes en sus siguientes picaduras.
En áreas endémicas, los perros son los principales reservorios de la enfermedad, y la transmisión a humanos ocurre principalmente en zonas rurales o periurbanas.
El ciclo de vida de Leishmania involucra dos huéspedes:
Flebótomos: El parásito ingresa al mosquito cuando este pica a un huésped infectado. En el intestino del mosquito, el parásito se convierte en una forma móvil (promastigote) que migra hacia la probóscide del insecto, listo para ser transmitido en la siguiente picadura.
Mamíferos (incluidos humanos): Cuando un mosquito infectado pica a un humano o animal, los promastigotes son depositados en la piel. Allí, los parásitos son fagocitados por los macrófagos (células inmunitarias), donde se transforman en amastigotes (una forma intracelular). Los amastigotes se multiplican dentro de los macrófagos y eventualmente destruyen las células, lo que provoca los síntomas de la enfermedad.
Diagnóstico: El diagnóstico se realiza mediante la identificación de los parásitos en muestras de tejido afectado, como aspirados de médula ósea, biopsias de piel o pruebas serológicas que detectan anticuerpos contra Leishmania.
Tratamiento: El tratamiento depende de la forma de la enfermedad. Incluye fármacos antiparasitarios como antimoniales pentavalentes, anfotericina B y miltefosina. La leishmaniosis cutánea puede curarse espontáneamente en algunos casos, pero las formas mucocutánea y visceral requieren tratamiento médico urgente.
En los perros, el período de incubación puede durar meses o años. Los signos varían en función del tipo de leishmaniosis que se presente: cutánea, mucocutánea o visceral, y suelen incluir generalmente caquexia, alopecias, onicogriposis, linfodenopatía, hepatomegalia, esplenomegalia, etc.
Control del vector: Las medidas de prevención incluyen el uso de mosquiteros tratados con insecticida, la aplicación de repelentes y el control de la población de mosquitos flebótomos.
Protección de animales: Vacunar y proteger a los perros en áreas endémicas es crucial para reducir la transmisión de la enfermedad a los humanos.
Educación y concienciación: Informar a las comunidades sobre los riesgos y las medidas preventivas es fundamental para controlar la propagación de la leishmaniosis.
En resumen, la leishmaniosis es una enfermedad grave con diversas manifestaciones clínicas que depende de un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado para evitar complicaciones graves y potencialmente mortales.
La Leishmaniosis es una enfermedad de declaración obligatoria.
Orden 3/2016 de 4 de marzo de 2016 de la Comunitat Valenciana.
Éstas son aquellas enfermedades que, debido a su relevancia para la salud pública, deben ser notificadas a las autoridades sanitarias de manera obligatoria cuando se detectan casos en la población. Estas enfermedades suelen incluir infecciones graves, enfermedades transmisibles y otras condiciones que podrían representar un riesgo significativo para la salud pública, lo que permite a las autoridades sanitarias tomar medidas de control y prevención oportunas.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org