La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana causada por Borrelia burgdorferi y, en Europa, también por Borrelia afzelii y Borrelia garinii. Es la enfermedad transmitida por garrapatas más común en América del Norte y Europa. La enfermedad de Lyme es una afección multisistémica, lo que significa que puede afectar varios sistemas del cuerpo, incluyendo la piel, las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso.
La enfermedad de Lyme se transmite a los humanos a través de la picadura de garrapatas infectadas del género Ixodes, comúnmente conocidas como garrapatas de patas negras o garrapatas del venado. Las garrapatas adquieren la bacteria Borrelia cuando se alimentan de la sangre de animales infectados, como ciervos, roedores o aves. Posteriormente, pueden transmitir la bacteria a los humanos durante una picadura.
Para que ocurra la transmisión de la enfermedad de Lyme, la garrapata generalmente debe estar adherida a la piel durante al menos 36 a 48 horas. Las garrapatas en sus etapas inmaduras (ninfas) son las que con mayor frecuencia transmiten Borrelia, ya que son pequeñas (menos de 2 mm) y pueden pasar desapercibidas, lo que permite que se adhieran por largos períodos sin ser detectadas.
La enfermedad de Lyme se desarrolla en varias etapas, cada una con sus propios síntomas:
Fase temprana localizada (de días a semanas después de la picadura):
Fase diseminada temprana (semanas a meses después de la picadura):
Fase tardía (meses a años después de la picadura):
El diagnóstico de la enfermedad de Lyme se basa en una combinación de factores clínicos, antecedentes de exposición a garrapatas y pruebas de laboratorio. Las pruebas de laboratorio incluyen:
Es importante destacar que las pruebas de anticuerpos pueden no ser positivas en las primeras semanas de la infección, lo que puede complicar el diagnóstico en la fase temprana.
El tratamiento temprano con antibióticos es crucial para prevenir las complicaciones graves de la enfermedad de Lyme. Los antibióticos comúnmente utilizados incluyen:
El curso del tratamiento suele durar entre 14 y 28 días, dependiendo de la etapa y la gravedad de la infección. En casos de enfermedad avanzada o complicaciones neurológicas y cardíacas, puede ser necesario administrar antibióticos por vía intravenosa.
La prevención de la enfermedad de Lyme se basa en evitar las picaduras de garrapatas y reducir la exposición a estas. Las medidas preventivas incluyen:
Evitar áreas infestadas de garrapatas: Como bosques, praderas altas y zonas de matorrales, especialmente durante los meses de primavera y verano cuando las garrapatas son más activas.
Usar ropa protectora: Ropa de colores claros para facilitar la detección de garrapatas, pantalones largos metidos en los calcetines y mangas largas.
Aplicar repelentes de insectos: Utilizar repelentes que contengan DEET en la piel expuesta y permetrina en la ropa.
Revisiones cuidadosas: Inspeccionar el cuerpo en busca de garrapatas después de estar al aire libre, prestando especial atención a áreas como el cuero cabelludo, detrás de las orejas, axilas, cintura y detrás de las rodillas.
Eliminar las garrapatas correctamente: Si se encuentra una garrapata adherida, retirarla lo antes posible con pinzas, sujetándola lo más cerca posible de la piel y tirando hacia arriba con un movimiento constante.
La enfermedad de Lyme es una condición importante de salud pública, especialmente en regiones donde las garrapatas portadoras de Borrelia son comunes. La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir las complicaciones a largo plazo. Además, la concienciación sobre las medidas preventivas es clave para reducir el riesgo de infección.
En resumen, la enfermedad de Lyme es una infección bacteriana transmitida por garrapatas, con potenciales complicaciones graves si no se trata. La prevención mediante la protección contra picaduras de garrapatas y el reconocimiento temprano de los síntomas son esenciales para evitar su progresión.
La enfermedad de Lyme es una enfermedad de declaración obligatoria.
Orden 3/2016 de 4 de marzo de 2016 de la Comunitat Valenciana.
Éstas son aquellas enfermedades que, debido a su relevancia para la salud pública, deben ser notificadas a las autoridades sanitarias de manera obligatoria cuando se detectan casos en la población. Estas enfermedades suelen incluir infecciones graves, enfermedades transmisibles y otras condiciones que podrían representar un riesgo significativo para la salud pública, lo que permite a las autoridades sanitarias tomar medidas de control y prevención oportunas.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org