La rabia es una zoonosis, es decir, una enfermedad que se transmite de animales a humanos. Es causada por el Lyssavirus de la familia Rhabdoviridae. Esta enfermedad afecta el sistema nervioso central, provocando una encefalitis aguda (inflamación del cerebro) que, una vez que aparecen los síntomas, casi siempre resulta fatal.
La rabia se transmite principalmente a través de la saliva de animales infectados. Las formas más comunes de contagio son:
Mordeduras: La transmisión más frecuente ocurre cuando un animal infectado muerde a otro animal o a una persona, el virus pasa a través del tejido muscular y nervioso.
Lameduras en heridas o mucosas: Aunque menos común, la rabia también puede transmitirse si la saliva infectada entra en contacto con una herida abierta o con las mucosas de los ojos, nariz o boca.
Arañazos: En algunos casos, un arañazo de un animal infectado puede causar la transmisión si la saliva del animal está presente en la garra.
Después de la exposición al virus, éste viaja a través de los nervios periféricos hacia el cerebro, donde se multiplica rápidamente, causando daño severo al sistema nervioso. Este período de incubación puede variar entre 1 a 3 meses, pero puede ser tan corto como una semana o tan largo como un año, dependiendo de factores como la gravedad de la mordedura y la proximidad al cerebro.
La rabia tiene dos formas clínicas:
Rabia furiosa: Es la forma más común, caracterizada por hiperactividad, comportamiento agresivo, alucinaciones, y fobia al agua (hidrofobia) debido a la dificultad para tragar.
Rabia paralítica: Representa alrededor del 20% de los casos humanos, donde el paciente experimenta una parálisis gradual, comenzando en el lugar de la mordedura y extendiéndose hacia el resto del cuerpo.
En ambas formas, una vez que aparecen los síntomas, la enfermedad progresa rápidamente a la muerte, generalmente en cuestión de días.
Vacunación: La vacunación preventiva en animales domésticos, como perros y gatos, es esencial para controlar la propagación de la rabia. También existen vacunas para humanos que pueden administrarse antes de la exposición (para personas en alto riesgo) o después de una posible exposición al virus.
Profilaxis postexposición (PEP): Si una persona es mordida o expuesta al virus, es crucial que reciba tratamiento inmediato, que incluye una serie de inyecciones de la vacuna contra la rabia, y en algunos casos, inmunoglobulina antirrábica. Este tratamiento es altamente efectivo si se administra antes de que aparezcan los síntomas.
Control de animales: Controlar la población de animales callejeros y evitar el contacto con animales salvajes también son medidas clave en la prevención de la rabia.
En resumen, aunque la rabia es una enfermedad mortal, es prevenible mediante la vacunación y el tratamiento rápido después de la exposición. La conciencia y la educación sobre la enfermedad son cruciales para reducir el riesgo de infección.
La rabia es una enfermedad de declaración obligatoria.
Orden 3/2016 de 4 de marzo de 2016 de la Comunitat Valenciana.
Éstas son aquellas enfermedades que, debido a su relevancia para la salud pública, deben ser notificadas a las autoridades sanitarias de manera obligatoria cuando se detectan casos en la población. Estas enfermedades suelen incluir infecciones graves, enfermedades transmisibles y otras condiciones que podrían representar un riesgo significativo para la salud pública, lo que permite a las autoridades sanitarias tomar medidas de control y prevención oportunas.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org