La artrosis es una enfermedad degenerativa muy dolorosa que afecta más frecuentemente a las articulaciones de los animales ancianos, aunque también la puedan padecer individuos jóvenes.Las superficies de las articulaciones están cubiertas por un tejido especial, llamado cartílago, que tiene una función amortiguadora e interviene en el correcto movimiento de los huesos durante la marcha del animal. En la artrosis lo que ocurre es que este cartílago articular pierde su elasticidad y se destruye progresivamente, sustituyéndose por un tejido óseo que no será ni tan elástico ni tendrá las mismas características que el cartílago inicial.
En consecuencia, ante estos cambios las articulaciones pierden movilidad y los animales sufren fuertes dolores al caminar, por el frotamiento de estas nuevas formaciones óseas. Como los animales enfermos se sienten doloridos, intentan reducir su actividad física y no apoyan las extremidades más afectadas; esto supone una progresiva atrofia muscular que empeorará la enfermedad inicial.
Detectarla a tiempo
Es importante detectar los síntomas lo antes posible para poner el tratamiento adecuado que retrase su evolución. Los principales síntomas que deben tenerse en cuenta son:
-Reducción de la actividad física. Los enfermos no quieren hacer ejercicio.
-Tienden a estar tumbados la mayor parte del día.
-Posturas anormales al caminar.
-Pérdida de masa muscular.
-Comportamientos extraños: se hacen más agresivos, lloran y ladran más.
-Cojeras durante la marcha, que son más evidentes tras el reposo y que empeoran tras una jornada de actividad intensa (salidas al monte, juegos, carreras, etc.).
-Sienten dolor al manipularles ciertas articulaciones.
-A veces la artrosis no tiene síntomas aparentes, sino que se detecta como hallazgo casual durante la visualización de radiografías en la consulta veterinaria.
Especial cuidado
Algunos animales requieren un cuidado especial, al ser más susceptibles a sufrir estos problemas. Se deben tener más vigiladas a aquellas razas de perros que estén predispuestas (de manera hereditaria) a padecer problemas de huesos; a aquellos individuos que ya hayan manifestado ciertos problemas de las articulaciones (como displasia de cadera, por ejemplo); y en general, a los perros de edad avanzada.
Prevención
Es recomendable que cuando se perciba algún síntoma típico de esta enfermedad en la mascota, el propietario pida cita para una revisión traumatológica.
Esta enfermedad aparece más frecuentemente en los animales de avanzada edad (mascotas sénior) y por eso conviene que a partir de ciertas edades se realicen unos chequeos geriátricos para detectar a tiempo su aparición.
Calidad de vida
Aunque sea una enfermedad crónica ligada a la edad, los propietarios de estas mascotas podrán mejorar su calidad de vida si siguen los consejos veterinarios. Dependiendo del grado de artrosis, los veterinarios recomendarán un tipo u otro de tratamientos médicos o quirúrgicos, pautas de ejercicios, rehabilitación, etc., que siempre podrán mejorar el bienestar del paciente.
A tener en cuenta
La artrosis es una afección degenerativa, es decir, que el paciente irá empeorando poco a poco conforme vaya envejeciendo y cuanto mayor sea el uso articular. Es un proceso que no tiene cura como tal, pero se puede intervenir en su evolución, reduciendo el avance de la enfermedad y paliando los síntomas.
En general, la artrosis afecta en primer lugar a las articulaciones altas de las extremidades: cadera, rodilla, hombro y codo. También afecta a la columna vertebral, la unión entre vértebras, dando lugar a unas lesiones comúnmente conocidas como picos de loro que se pueden observar en las radiografías. La artrosis puede afectar a una o a varias articulaciones al mismo tiempo.
Es una enfermedad frecuente en los perros, sobre todo en los ancianos de razas más grandes, pero los gatos también la pueden llegar a padecer.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org