Con la llegada de las vacaciones se plantea la pregunta de qué hacer con la mascota. Un propietario responsable buscará diferentes posibilidades para que su mascota siga bien cuidada durante ese tiempo y, tras meditar con detenimiento las ventajas e inconvenientes de cada una, escogerá la que más se adecue a sus posibilidades y a las necesidades del animal. Las residencias caninas y felinas son una alternativa al viaje con la mascota o a dejarla con algún amigo.
¿Qué ofrecen las residencias?
Quizá cueste un poco tomar la decisión de dejar solo al animal en estos centros. Sin embargo, hay que tener en cuenta que allí estará perfectamente atendido: le darán de comer, le sacarán a pasear, lo mantendrán limpio e incluso le proporcionarán entretenimiento o le darán medicación si fuera necesario.
Cómo elegir la residencia
En España existen más de 500 residencias, por lo que habrá que fijarse en determinados aspectos a la hora de elegir una.
- Alimentación: deben proporcionar una dieta adecuada a las necesidades concretas de la mascota.
- Agua: debe estar siempre a la disposición de la mascota y se debe renovar a menudo.
- Instalaciones: a menos que se solicite lo contrario, el animal ha de ser alojado en una jaula individualizada, del tamaño apropiado (por lo general 6 m2) y bien ventilada; las superficies se han de poder limpiar y desinfectar con facilidad y no han de ser rugosas para evitar que las patas se raspen. También deben tener parques o espacios en los que el animal pueda jugar y pasear.
- Personal: los cuidadores han de tener una sólida experiencia y han de saber manejar a cada raza en particular; también conviene que la residencia ofrezca atención veterinaria las 24 h del día.
Es conveniente hacer una visita previa a la residencia para comprobar que todo es satisfactorio: limpieza de las instalaciones, espacios al aire libre, comportamiento de los perros alojados, etc.
El equipaje del perro
En la residencia se van a juntar numerosos perros durante un tiempo, por lo que han de tener los documentos actualizados. Estas son algunas de las normas que puede exigir el establecimiento:
- Cartilla de vacunaciones y desparasitaciones (externas e internas) en regla. En el momento de ingresar en el centro no ha de padecer ninguna enfermedad infectocontagiosa.
- Se recomienda vacunar a la mascota frente a la traqueobronquitis o tos de las perreras, ya que es una enfermedad que aparece con bastante frecuencia en estos lugares.
- El animal ha de estar identificado con su correspondiente microchip. Además, si el animal tiene algún problema de salud, hay que decírselo al personal del centro.
- El propietario debe dejar un teléfono de contacto y el nombre de alguna persona que pueda acudir al centro en caso de necesidad.
- Para que la separación sea menos traumática conviene que el animal lleve consigo algún objeto familiar como una manta, el cuenco de la comida o un juguete.
- Hay que proporcionar información sobre el carácter del animal; sus costumbres, manías o temores ayudarán al personal a tratarlo de la forma adecuada. Si el perro pertenece a alguna raza potencialmente peligrosa habrá que preguntar si lo admitirán ya que no todas las residencias lo hacen.
- Por lo general los animales se alegran mucho de volver a ver al propietario, sin embargo otros se muestran huraños o ariscos. Con un poco de paciencia y mucho cariño, el animal volverá a ser el de antes.
¡Recuerda!
- Si antes de la estancia larga se deja al animal unos días sueltos, la segunda vez reconocerá el sitio y se adaptará mejor.
- Tras recoger a la mascota de la residencia conviene llevarla al veterinario habitual para que le haga una revisión completa.
- Conviene reservar la estancia con antelación para evitar sorpresas de última hora.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org