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Cuando se hace mayor

El síndrome de disfunción cognitiva es uno de los problemas que suelen aparecer en perros y gatos mayores. Un gran porcentaje de las mascotas en edad geriátrica padece esta patología, aunque a veces los propietarios achacan estos cambios a la edad.

Síntomas
1.- Trastornos de la orientación:
• Mira al vacío.
• Sensación de estar perdido o desorientado en lugares conocidos.
• Cambios en la relación e interacción social:
• Menor efusividad en el saludo a los propietarios.
• Reducción o aumento de la demanda de atención.
• Disminución del comportamiento exploratorio.
• No reconoce a personas ya presentadas anteriormente.
• Mayor irritabilidad, aparición de ciertas conductas agresivas.
• Rechaza el interactuar con otras mascotas.
 

2.-Alteraciones del sueño:
• Aumento de periodos de sueño diurno.
• Deambula y vocaliza por las noches.
• Pérdida de la higiene y otras habilidades aprendidas:
• Micción o defecación inadecuadas dentro de la vivienda (no atribuible a causas médicas o de comportamiento).
• Descuida su higiene diaria (gatos).
• Lentitud al acatar las órdenes o no obedece, confusión al enfren¬tarse a tareas rutinarias, etc.
Otros trastornos:
• Aparición de conductas compulsivas: lamido excesivo, autolesiones, girar en círculos, etc.
• Respuestas emocionales exageradas: estados de ansiedad, miedos, inquietud, excitación, etc.
• Disminución en la respuesta a estímulos ambientales.
 

¿Cómo se detecta?
Conviene decir que una mascota enferma por disfunción cognitiva no tiene por qué padecer todos los signos descritos. Existen diversos grados de enfermedad en función del tipo de síntomas y alteraciones que muestre el animal.
Una vez que el propietario comunica a su veterinario su preocupación por los cambios per-cibidos, su trabajo consiste en descartar cualquier otra causa física o psicológica que pueda manifestar los mismos síntomas.


Tratamiento
El tratamiento está enfocado a paliar los síntomas que presenta el paciente mediante el uso de técnicas que consigan modificar las conductas inapropiadas, con el objetivo de mejorar las habilidades mentales y retrasar la evolución de esta enfermedad. El tratamiento puede aplicar-se siguiendo tres modalidades, dependiendo del grado de alteración que presente el paciente.
 

1.-Farmacológico:
Existen fárma¬cos estimulantes, neuroprotec¬tores o capaces de mejorar el rie¬go sanguíneo cerebral, que posibilitan una mejora de los síntomas del paciente.
Dietético:
Podemos encontrar alimentos de ciertas casas comerciales que elaboran unos piensos especiales para animales geriátricos enriquecidos con antioxidantes y ácidos grasos omega-3, pensados concretamente para ayudar a mantener la función cerebral y mejorar la capacidad de aprendizaje en animales mayores.
 

2.-Medidas complementarias:
Consiste en adoptar una serie de medidas encaminadas a modificar el entorno y los hábitos del paciente para que se le haga más llevadero el problema.
• Mantener un nivel de actividad y ejercicio adecuados a su situación física, evitando el sedentarismo.
• Aumentar la frecuencia de salidas, reubicar las bandejas sanitarias en lugares más accesibles o utilizar pañales para evitar las eliminaciones inadecuadas en el hogar.
• Eliminar obstáculos e instalar rampas o escalones acolchados para facilitar su estancia y desplazamientos en el hogar.
• Hacer más rutinaria la vida del animal en cuanto a paseos, comidas y horarios de sueño.
• Reforzar el aprendizaje de órdenes sencillas con gestos visuales que faciliten la com¬prensión de las mismas, y recordárselas con frecuencia para que no pierdan la habi¬lidad de ejecutar o responder ante dichas órdenes.
• Estimular mentalmente al ani¬mal mediante el uso de juguetes interactivos, por ejemplo, jugue-tes dispensadores de comida.
• No aplicarle castigos ni exigirle la realización de conductas que antes efectuaba con nor-malidad.
• Mantener un ambiente hogareño tranquilo, adecuado a la edad de los animales, y ser comprensibles con los cambios que se deben adoptar en función de cada situación.
• Realizar revisiones veterinarias frecuentes para vigilar la evolución de los síntomas.

En común con el alzhéimer
El alzhéimer de medicina humana y el síndrome de disfunción cognitiva tienen muchas cosas en común: presentan muchos síntomas similares y, de hecho, actualmente existen líneas de investigación conjuntas sobre estas dos enfermedades. Los dos son procesos degenerativos del sistema nervioso, progresivos, crónicos, irreversibles y, por tanto, incurables.
El tratamiento de este síndrome es paliativo y se orienta por un lado a mejorar el estado de la mascota y, por otro, a retrasar la progresión de la enfermedad, siendo crucial su detección y diagnóstico lo antes posible.
 

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