Los felinos también sufren el estrés y pueden llegar a padecer trastornos físicos y de conducta. En el centro veterinario pueden orientar sobre cuáles son las pautas básicas del comportamiento felino para evitar la aparición del estrés y los problemas que acarrea. Se dice de los gatos que están semi-domesticados, es decir, que no están domesticados del todo, simplemente socializados con los humanos. A diferencia de los perros, son animales que no responden ante una jerarquía social (el líder de la manada, su amo) ya que los felinos no conviven en manadas sino que son unos animales territoriales ligados fuertemente a su entorno. Un gato doméstico socializado con los humanos se convierte en un ser dependiente de las personas para conseguir alimento, bienestar y afecto. Los propietarios de los gatos son los que establecen este entorno “sagrado” para los felinos y cualquier cambio del mismo puede ser considerado como algo estresante para el gato.
Resumiendo, se puede decir que los gatos prefieren una rutina: misma casa, mismos cuidadores, mismos horarios… y que cualquier alteración en su modo de vida les puede suponer un estrés: un viaje, un nuevo miembro de la familia, un cambio de dieta, ruidos fuertes del exterior, cambios dentro de la casa (obras)… Son animales de costumbres.
Los gatos no son perros pequeños
Se debe reiterar que las mascotas felinas no se pueden comparar en ningún caso con las cani-nas. Son especies diferentes y su comportamiento es completamente distinto. No se puede pretender que los gatos actúen como los perros y tenerlos siempre a la disposición del amo. Si se intenta forzar a un gato a adoptar conductas no acordes con su naturaleza felina pueden aparecer diversos problemas derivados del estrés y que requieren atención veterinaria.
Problemas frecuentes derivados del estrés
a) Orgánicos o físicos
• Asma bronquial.
• Cistitis idiopática.
• Colitis crónica.
• Alopecia psicógena (falta de pelo).
• Hipersensibilidad felina.
• Enfermedades autoinmunes.
b) Conductuales o psicológicos
• Agresividad.
• Ansiedad.
• Miedos.
• Conductas repetitivas.
• Alteraciones del apetito.
• Anorexia.
• Bulimia.
• Hiperactividad.
• Reducción de la actividad.
• Marcaje.
• Maullidos.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org