La patología de cadera se ha convertido en una de las más frecuentes dentro de la ortopedia veterinaria, y entre otras ocupa un lugar importante la displasia de cadera. Ésta es una enfermedad degenerativa que se basa en un mal ajuste de la articulación de la cadera, en concreto entre la cabeza del hueso del fémur y el hueso de la cadera (acetábulo). Esta patología afecta principalmente a perros de tamaño grande, aunque a veces también de tamaño mediano. Además, esta enfermedad posee un importante componente genético, ya que se trasmite de generación en generación; de ahí la importancia de descartar como reproductores a los animales que sufren un grado elevado de displasia.
Esta alteración coxo-femoral resulta muy dolorosa para el paciente, lo que se traduce en depresión y una menor actividad del animal.
Un perro joven también puede padecer displasia de cadera. Se debe detectar la enfermedad lo antes posible para implantar el tratamiento adecuado, evitando así que el proceso se complique excesivamente con otras enfermedades degenerativas como la artrosis.
Razas más predispuestas
-Pastor Alemán.
-Labrador Retriever.
-Golden Retriever.
-Rottweiler.
-Bobtail.
-Terranova.
-San Bernardo.
- Mastín.
¿Qué le pasa?
Cuando acuden a un centro veterinario con su mascota, muchos propietarios describen estos síntomas:
-No quiere hacer ejercicio.
-Le cuesta subir las escaleras o a sitios elevados.
-Ha dejado de rascarse con las patas de atrás.
-Camina balanceando el tercio posterior.
-Parece que tiene debilidad en las patas traseras.
-Le cuesta levantarse cuando está tumbado y hay que ayudarle.
-Ha perdido masa muscular de las patas de atrás.
Cuando un propietario comenta estas frases durante la consulta y se trata de un animal de tamaño mediano o grande o de alguna raza predisponente, se sospecha de la displasia de cadera. Para confirmar el diagnóstico es necesario realizar una exploración traumatológica completa y una o varias radiografías. Una vez confirmada la displasia, se valorará la gravedad de la alteración para instau¬rar uno u otro tratamiento.
Para frenar el problema
Es necesario acudir al centro veterinario en cuanto se detecte un problema para realizar un diagnóstico precoz de la displasia de cadera, tratar lo antes posible el problema y poder frenar su evolución. Existen diversos tipos de tratamientos para controlar esta patología:
-Tratamiento quirúrgico.
-Tratamiento médico.
-Rehabilitación.
-Medicina alternativa.
Los objetivos de los tratamientos van encaminados a conseguir:
-Aliviar el dolor.
-Disminuir la inflamación.
-Mejorar la motilidad articular.
-Mantener un correcto nivel de actividad.
-Prevenir una mayor degeneración del cartílago articular.
-Mejorar la calidad de vida del paciente.
Obesidad
Un animal obeso sufre más ante los problemas osteoarticulares. El sistema musculo-esquelético es el encargado de soportar el peso de cada individuo, por eso si un animal obeso padece alguna patología relacionada con músculos, articulaciones, tendones o huesos, la sobrecarga provocará una peor recuperación de la enfermedad en cuestión. Por ello, una medida importante es poner a dieta al paciente obeso y controlar su peso.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org