La incidencia de salmonelosis en humanos ha disminuido casi un 40 por ciento en los últimos años en el conjunto de la Unión Europea (UE) debido a los avances en los programas de control y medidas adoptadas en materia de seguridad alimentaria.
La situación en la seguridad alimentaria y los patógenos en España y en la UE, entre ellos, la salmonella, ha centrado una reciente jornada en Universidad de La Rioja (UR), que ha reunido a especialistas en este campo y a empresas del sector agroalimentario para actualizar y discutir las últimas aportaciones de las técnicas microbiológicas a la seguridad alimentaria.
El último informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre enfermedades transmitidas por alimentos, publicado el pasado mes de abril y referente al periodo comprendido entre 2007 y 2011, fue uno de los que se analizaron en esta región, coordinada por la catedrática de Tecnología de los Alimentos de la Urelena González Fandos.
El informe, ha explicado, señala que en 2011 se notificaron 95.548 casos confirmados de salmonelosis en la UE, de los que 3.786 correspondieron a España.
Estas cifras representan un descenso de casi un 40 por ciento respecto a la incidencia de salmonelosis en humanos registrada en 2007, ha detallado la catedrática.
Ha explicado que los programas de control y medidas adoptadas en la UE, principalmente, en gallinas ponedoras, ha incidido de forma importante en una menor presencia de la salmonella en huevos.
El descenso en la incidencia de la salmonelosis contrasta, sin embargo, con la tendencia creciente del «Campylobacter», que ha pasado a ser el principal patógeno de transmisión alimentaria en España y en la UE, ha alertado.
Los principales alimentos implicados en los brotes que se le atribuyen a este patógeno son la carne de pollo insuficientemente cocinada y la leche cruda.
Los síntomas de la enfermedad que ocasiona, denominada campilobacteriosis, son dolor abdominal, fiebre, diarrea, vómitos y deshidratación y es más frecuente en niños menores de cuatro años.
Según González Fandos, aunque la tasa de mortalidad de esta enfermedad es baja, fijada en un 0,04 por ciento, en algunos casos pueden presentarse complicaciones, sobre todo en personas inmunodeprimidas y embarazadas.
Según el último informe de la EFSA, en 2011 se notificaron 200.209 casos de campilobacteriosis en la UE, de los que 5.469 correspondieron a España, aunque el número de casos de esta enfermedad puede ser mayor, ya que la mayoría son esporádicos.
Este documento también señala que el «campylobacter», en 2011, al igual que en años anteriores, fue el patógeno de transmisión alimentaria responsable del mayor número de casos notificados.
Otro de las enfermedades que preocupa a los especialistas en seguridad alimentaria y a las empresas del sector es la listeriosis en humanos, de la que hace dos años se notificaron 1.476 casos en el ámbito comunitario, lo que supone una disminución de casi un 8 por ciento con respecto al año anterior.
La listeriosis es una infección debida a la bacteria «Listeria monocytogenes» y los alimentos implicados en esta enfermedad son principalmente los «listos para el consumo» al no precisar la aplicación de ningún tratamiento antes de su consumo, ha dicho.
Entre estos alimentos figuran la leche cruda, el queso elaborado con esta leche, la carne cruda o mal cocinada, las verduras crudas, los embutidos, los patés, los quesos frescos o poco curados, el pescado ahumado y las comidas preparadas.
Los grupos de población más vulnerables son personas de edad avanzada, recién nacidos, embarazadas y personas inmunodeprimidas, ha subrayado la catedrática.
Los especialistas en seguridad alimentaria creen que, en el contexto actual, se plantean nuevos retos en este campo, como consecuencia de la creciente globalización del mercado alimentario, el cambio climático, los cambios en los hábitos de consumo y la aparición de nuevos peligros o peligros emergentes.
Creen, ha dicho, que en los últimos años se han producido importantes avances en los métodos de detección de patógenos en la investigación del comportamiento microbiano y en las tecnologías de procesado de alimentos, entre otros.
Sin embargo, consideran que, a pesar del descenso en la salmonelosis, la elevada incidencia de la campilobacteriosis, así como el incremento observado en los últimos años, aconseja el desarrollo de estrategias de prevención y control.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org