Siempre han sido el alma de los medios de comunicación. Si antaño El norte de Castilla rellenaba cualquier hueco de sus páginas con la foto de un gato, el mismo felino sigue protagonizando Internet: galerías de fotos, mensajes de error o amenzas para conmover al público (“Si no comentas en mi blog, morirá un gatito”). En YouTube los vídeos de gatos son tan célebres y virales como los de Lady Gaga (los vídeos de Maruse han descargado 158 millones de veces). Solo les faltaba una conquista, aplicaciones para las tabletas.
En tiendas virtuales App Store y Google Play ya se encuentran algunos títulos especiales para gatos. Happy Wings simula la caza de pájaros;Cat Fishing, también para los navegadores, se dedica a la caza de peces. En el caso de Game for Cats, el minino tienen que perseguir la luz de un rayo laser o a un ratón. También hay que perseguir al ratón en el caso de la aplicación Cat Toys lite, aunque aquí ya se advierte que se divertirá tanto el animal como su dueño, gracias a la opción de aumentar la velocidad del roedor.
Lo bueno del sector, que suelen ser gratuitas (excepto los 1,99 dólares de la versión completa de Game for Cats); lo malo es que su eficacia como método gimnástico está, cuando menos, puesto en duda.
Friskies, empresa dedicada a la alimentación animal, ha creado un concurso para desarrolladores, un hackathon como se dice en la jerga ínformática. Ayer en Venice (Los Ángeles) se celebró una competición para crear la mejor aplicación para gatos tanto en iPad como en tabletas Android. Si era broma, la pagaban bien: 11.500 euros para el mejor juego.
Humanos contra gatos
En la página web del concurso se dan recomendaciones y consejos para los concursantes: “Los colores, el movimiento, la mecánica del juegos se han investigado y llevado al máximo para buscar la diversión felina”, proclama.
El summum es la pelea entre humanos y gatos de You versus cat. El dueño cara a cara con su mascota. De hecho, la estadística de este reto corona la portada del concurso. Por ahora, los gatos superan a los humanos: más de 22 millones de partidas ganadas frente a 16 millones.
A pesar de la abundancia de vídeos con gatos posando sus garras en los iPad intentando cazar sus presas virtuales, estas aplicaciones no son aptas para todos.
De hecho, no se considera recomendable. Gemma Peyró es veterinaria en Tot Cat, la primera clínica especializada en gatos, con sede en Barcelona. “No lo recomendamos, en absoluto. Solo generan frustración en los gatos, porque en un principio los atrae, pero después se dan cuenta de que no hay una finalidad. No hay un objetivo que puedan alcanzar. A los dos o tres minutos dejan de tener interés en ello", expone. Y aprovecha para aclarar que una técnica usada hasta hace poco con gatos obesos tampoco es aconsejable: "Se puso de moda usar un puntero láser para obligarlos a hacer ejercicio. Sucedía lo mismo. Al poco tiempo desistían, al ver que nunca hacían presa".
Entonces, ¿por qué si hay vídeos en Youtube mi gato no reacciona? La especialista también tiene respuesta para ello. En parte por la edad, en parte por desengañarse. "Lo que les llama la atención son los movimientos. Con la edad pierden vitalidad, pero también se dan cuenta antes de que no tiene sentido", insiste.
Emily Badaraco (Los Ángeles, 1986), asistente técnica veterinaria de la Clínica Gattos de Madrid, confiesa que sus tres gatos se entretienen conJitterBug. “Cazan hormigas entre ellos, cada vez a más velocidad”, expone, “pero solo unos minutos, se aburren cuando descubre que no son seres vivos. Cuanto más jóvenes, más les atrae”. Aprovecha para matizar que parte del reclamo está en el movimiento acelerado pero no en el color. “Los gatos son daltónicos, por eso siguen las hormigas de color negro que ven en pantalla”.
Al mismo tiempo surge la duda de si a los perros les gustarían este tipo de contenidos. Peyró es tajante: "No, el gato da sensación de jugar porque es depredador, pero el perro tiene otro carácter. Sería absurdo". En su opinión, el sonido tampoco estimula la actividad de los gatos. "Al contrario, los estresa. Son animales a los que no les gusta el ruido".
Fuente: ROSA JIMÉNEZ CANO para tecnología.elpais.com
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