Si se da crédito a una leyenda urbana persistente, en Nueva York viven tantas ratas como habitantes, es decir, cerca de ocho millones. Tras el paso del huracán Sandy, ¿saldrán en masa de los túneles y de los recorridos del metro inundados, o perecerán ahogadas?
Algunos neoyorquinos evocan estos días de tragedia urbana una especie de visión dantesca: millones de roedores que surgen de sus escondites para apoderarse de la capital mundial. Otros, en cambio, dibujan una imagen a la vez morbosa y dulce: una multitud de ratas flotando sobre las superficies inundadas del sur de Manhattan, con las patas hacia arriba y el vientre hinchado.
Nadie sabe en realidad cuántos roedores habitan en las entrañas de Nueva York. Para Rick Ostfeld, especialista en patologías relacionadas con el medio ambiente del Instituto Cary, es inútil predecir el efecto que tendrá el huracán Sandy sobre la población de ratas.
"Tienen tendencia a instalarse en las zonas bajas de las ciudades, y por lo tanto están más expuestas a las inundaciones. Algunas morirán, sin duda, ahogadas. Pero creo que no serán muchas: la mayoría nada muy bien y buscará refugio en las partes altas", afirma Ostfeld.
En cambio, los roedores expulsados de sus territorios por "Sandy" podrían representar una amenaza en los barrios de la ciudad donde no proliferaban antes, en particular porque transmiten algunas enfermedades.
Para el biólogo Bora Zivkovic, de la revista "Sientific American", "las ratas más jóvenes morirán ahogadas". Pero las que sobrevivan "encontrarán a partir de ahora mucha más comida, procedente de los frigoríficos que se quedaron estos días sin electricidad".
Fuente: abc.es
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