El 5 de agosto, una cámara automática instalada en el Pallars Sobirà fotografió a la osa Caramelles mientras caminaba en compañía de dos pequeños oseznos. Poco antes, unas huellas detectadas en el Vall d’Aran confirmaron que otra hembra, casi con toda seguridad Bambou, había tenido descendencia.
El año anterior, Hvala, Pollen y Caramellita dieron a luz dos oseznos cada una. En los últimos cinco años han nacido al menos 15 osos en el Pirineo central y oriental, a ambos lados de la frontera franco-española, lo que avala el éxito del programa de reintroducción y la recuperación de la especie.
Pero ello no ha logrado acabar con un problema de profundo calado: los hijos de Caramelles y Bambou, así como los de Hvala, Pollen y Caramellita, y también los que en años anteriores tuvieron Melba y Ziva, comparten un mismo padre: Pyros. El gran macho se ha apareado con sus hijas y hasta con sus nietas.
Fuente: ANTONIO MADRIDEJOS para elperiodico.com
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