La Fundación ONCE del Perro-Guía (FOPG) es la escuela que cuenta con el mayor número de trabajadores discapacitados del mundo. Con más de 20 años de vida, consta de varias secciones, pero el departamento de Crianza es el más delicado. Bajo su criterio se seleccionan los ejemplares de cría –sean machos o hembras– con el objetivo de conseguir los perros más aptos. Tras esta selección previa, el departamento de Cachorros busca y contacta con familias voluntarias de educadores. Éstos deberán encargarse de los perros durante los primeros meses de vida, ayudándolos a socializarse con su entorno y a acostumbrarse a la presencia humana.
La legislación apoya sin fisuras este tipo de ayuda y el acceso del perro guía a lugares y espacios de uso público. En cuanto a la selección de ejemplares más aptos para un futuro, éstos han de pasar numerosas pruebas. Por ejemplo, ante el más mínimo atisbo de agresividad, el cachorro será rechazado para este fin. Gemma León, directora gerente de FOPG, añade que «a efectos legales el perro es como una persona más». «El problema es que existen 17 reglamentos distintos, aunque ya hemos conseguido homogeneizar el trato para el perro», continúa. Madrid y Cataluña han ampliado los derechos sobre los cachorros, «para que se vayan adaptando cuanto antes», dice la directora.
Los perros protagonistas
Hoy en día hay más de 1.000 personas con ceguera o grave discapacidad visual que se valen de la ayuda de estos perros guía para sus labores diarias. La mayoría de estos animales están «graduados» en la escuela española, pero también proceden de la norteamericana. En concreto de Leader Dogs For The Blind, en Rochester, y de «Guiding Eyes for the Blind» en Nueva York. Cada año de media, en la escuela española se gradúan más de 100 perros, a los que hay que sumar, aproximadamente, 24 de Estados Unidos.
La FOPG trabaja principalmente con tres razas: labrador, golden retriever y pastor alemán. Los primeros son la raza más utilizada en este campo ya que se adaptan muy fácilmente a todas las situaciones; los segundos tienen una gran determinación y los terceros por su dinamismo. Los labradores «son el perro estándar por su tranquilidad, su iniciativa y su tamaño», explica León. Los futuros reproductores de la escuela deben cumplir ciertos requisitos: deben tener de dos a cuatro años de edad, tener la cartilla de vacunación actualizada y unos resultados óptimos en los análisis fisiológicos. La inversión económica es de 40.000 euros de media, siendo la entrega del animal gratuita para la persona, «aunque se le suele hacer un seguimiento de sus funciones». El presupuesto es prácticamente íntegro de la ONCE, y si el animal no cumple con los requisitos antes de graduarse se pierde la inversión. «Es por esto por lo que el entrenamiento de un perro guía conlleva mucho esfuerzo y dedicación», concluye la directora gerente.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org