Cada día arrecia la polémica alrededor de los transgénicos, tanto vegetales como animales. Y en medio de este intercambio dialéctico dos equipos científicos, uno en Argentina y otro en China, han conseguido sendas vacas transgénicas capaces de dar leche humanizada similar a la materna y leche sin lactosa, respectivamente.
Hace poco leíamos en la prensa que Francia rechazaba la autorización para utilizar un maíz transgénico de Monsanto. Por otra parte, la legislación de la Unión Europea intenta regular la utilización de animales y plantas transgénicos. Y en medio de esta polémica, los científicos siguen obteniendo nuevos avances que seguro que servirán para alimentarla.
En Argentina, ha cumplido un año (el pasado mes de abril) ISA, el primer bovino bitransgénico en el mundo, que producirá leche similar a la materna a partir de la implementación de dos genes humanos que codifican dos proteínas presentes en la leche materna, fundamentales para la nutrición de los recién nacidos, según informa la web DiCYT.com.
El nombre ISA responde a las iniciales de INTA y de San Martín, donde se ha desarrollado el experimento. Fue clonada en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) a través del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB - INTECH) y el INTA de Balcarce, del ministerio de Agricultura argentino. ISA tiene dos proteínas humanas incluidas a su ADN: la lactoferrina y la lisozima, razón por la cual la leche que produzca en su vida adulta se asemejará a la humana. “Esta es una manera de contribuir con la lucha contra la mortalidad infantil, ya que una proteína permite evitar enfermedades infecciosas del aparato digestivo y la otra asimilar el hierro, es decir, evitar la anemia tan típica en los niños recién nacidos”, declaró Carlos Ruta, rector de la UNSAM.
Por otra parte, TheCattleSite.com ha publicado esta semana que científicos de la Inner Mongolia Agricultural University (China) han conseguido que nazca una vaca transgénica el 24 de abril, cuya leche tendrá una proporción baja de lactosa, comparada con la leche de vacas normales.
El 60% de la población china tiene intolerancia a la lactosa y este ha sido uno de los motivos que pusieron a trabajar al doctor Zhang Li y su equipo. El mecanismo que han conseguido poner a punto consiste en insertar en el genoma del animal un gen que codifica una enzima capaz de degradar la lactosa de la leche. La vaca produce la cantidad habitual de este azúcar pero la enzima transgénica presente en la leche reduce la cantidad que llega al consumidor.
Fuente: Joaquín Ventura García para portalveterinaria.com
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