Desde la llegada al poder de Mariano Rajoy, la ciencia ha estado ausente del discurso de su Gobierno. No sólo se ha amputado el Ministerio de Ciencia e Innovación (Micinn) creado por los socialistas, sino que ya ningún ministerio de los 13 existentes lleva la palabra "ciencia" en su membrete oficial.
En la comunidad investigadora lo único que se conoce por ahora es la tijera de Rajoy, y su aviso de que todos los capítulos de gasto público pueden ser recortados excepto las pensiones. Esa previsiones llegan después de que los presupuestos de I+D cayesen en 2010 y se estancasen en 2011, en gran parte debido a la crisis económica que, posiblemente, obligue al nuevo Gobierno a anunciar hoy, en el Consejo de Ministros, más recortes que podrían afectar a la ciencia.
"Estamos en un panorama muy sombrío", resume un experto
"Estamos ante un panorama muy sombrío", explica a este diario Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), una entidad que agrupa a más de 30.000 investigadores. "Ya hubo recortes en 2010 y 2011, lo que nos ha dejado en niveles de 2007", añade.
En manos del nuevo Gobierno está acelerar el retroceso o volver a meter la marcha adelante. La inversión no se traducirá sólo en dinero. En juego están puestos de trabajo para toda una generación de investigadores jóvenes que, de no obtener plaza fija, podrían irse al extranjero. En esa inversión también entran programas de nuevo cuño cuyo objetivo era reducir el anquilosamiento del sistema de I+D español y premiar sólo a los mejores, como hacen las mayores potencias científicas de Europa, de las que España sigue aún lejos. Cinco son los grande problemas que debe solucionar el nuevo Gobierno si quiere jugar con los grandes.
Una de las incógnitas es si habrá cajales’ en 2012
1. ¿Adiós, ’cajales’?
En 2001, el Gobierno de José María Aznar creó un nuevo programa para acabar con la fuga de cerebros y traer de vuelta a científicos españoles en el extranjero. Era un proyecto competitivo en el que los ganadores obtenían un contrato de cinco años para investigar en España. Pasado ese periodo, el investigador podía obtener una plaza fija en su centro de trabajo. El programa se bautizó Ramón y Cajal, uno de los dos únicos premios Nobel que España ha logrado en ciencia.
Diez años después, muchos cajales han obtenido su plaza, pero las últimas hornadas están teniendo cada vez más problemas en lograrlo. "Hay mucha gente que se está quedando en la calle este año", explica Amaya Moro-Martín, una astrofísica y cajal que trabaja en el Centro de Astrobiología.
El Plan Nacional debería haberse convocado antes de Navidad
El gran problema de estos investigadores es que, una vez terminado su programa, dependen de que su centro oferte puestos de trabajo fijo. "Este año en astrofísica sólo han convocado una plaza para toda España y la previsión general es que la oferta de plazas sea cero el próximo año", lamenta Moro-Martín, que la legislatura pasada fue una de las dirigentes de la Plataforma por la Investigación Digna que intentó arrancar un compromiso de continuidad para los cajales al Micinn. La negociación se cerró en falso y una de las grandes incógnitas es si en 2012 habrá una nueva convocatoria para cajales o el programa morirá en silencio. "Estos investigadores están en una situación dramática, vamos a perder una generación de científicos que no tendrán cabida en el sistema", lamenta Andradas.
2. El futuro del Consolider
En 2005 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lanza el programa Ingenio 2010. Su primer objetivo es lograr que España alcance la media de la UE de inversión en I+D respecto al PIB, del 2%. Dentro de Ingenio destacaba un programa dedicado a elegir sólo a los mejores. Era Consolider, dedicado a grandes proyectos de investigación en todas las disciplinas, desde el alzhéimer a la materia oscura. El programa otorgaba hasta cinco millones de euros durante cinco o años a los proyectos ganadores. "Una de las cosas que ha hecho este programa es crear masa crítica, equipos que abarcan casi todo el país", explica Juan José Hernández-Rey, coordinador de Multidark, un proyecto en el que cien investigadores de 19 grupos españoles intentan detectar y estudiar la materia oscura, el ingrediente desconocido que compone el 23% del universo pero que nadie ha visto aún.
En 2010, el último año del programa, el número de Consolider era de 77, con 822 grupos de investigación y 7.408 científicos. Se habían dedicado más de 350 millones de euros al proyecto. Ingenio 2010 tuvo tirón y la inversión en I+D pasó del 1,13% del PIB en 2005 al 1,38% en 2010, según el INE, lejos aún del 2% de la UE. La gran incógnita es si el PP mantendrá este programa o creará uno equivalente que mantenga la inercia creada, según Hernández-Rey. "Es importante que el Gobierno no haga tabla rasa", señala. "Debe conservar las cosas que tenían sentido, y este programa lo tenía", asegura.
3. Los ’severos’
Este año, el Ministerio de Ciencia e Innovación creado durante la segunda legislatura de Zapatero hizo un nuevo llamamiento a los mejores. Se trataba de buscar el dream team de los mejores centros de investigación en España que recibirían un millón de euros anual durante cuatro años. El proyecto llevaba el nombre del segundo Nobel español en ciencia, Severo Ochoa. En la primera convocatoria ocho centros lograron el distintivo y la financiación. Luego el PP ganó las elecciones.
"La ministra me explicó en persona que había pactado con el PP que el programa Severo Ochoa seguiría", explica Alberto Casas, director del Instituto de Física Teórica, que no esconde sus miedos a que haya recortes. "En el instituto hacemos investigación básica y los políticos de todo signo tienen tendencia en tiempos de crisis a mantener sólo las investigaciones aplicadas", explica.
4. Nuevo Plan Nacional
Si se pregunta a cualquier científico cuál debe ser la primera medida del nuevo Gobierno sólo hay una respuesta: convocar el Plan Nacional de I+D. Este programa es la gran teta de la que maman la mayoría de los centros españoles y se solía convocar antes de Navidad, algo que no ha sucedido este año por las elecciones y el traspaso de poderes. "El Plan Nacional es el sustento básico de cualquier científico", resume José María Valpuesta, director del Centro Nacional de Biotecnología.
Los socialistas dejaron la convocatoria preparada, pero delegaron su publicación en el PP. "Si se alarga el retraso, podría pasar como en 1996, cuando se perdió un año completo de financiación", alerta Valpuesta.
5. Una ley para el I+D
El mayor legado del extinto Micinn es la Ley de la Ciencia, una norma que sienta las bases para la modernización del sistema de I+D en España y que tuvo el apoyo de todos los grupos parlamentarios, excepto UPy D y IU-ICV.
En esta norma están contenidos los nuevos modelos de contratos para investigadores que podrían ayudar a recolocar a los cajales y fomentar la excelencia que han demostrado los severos, pero necesita aún desarrollo, según Moro-Martín.
La otra gran patata caliente que esconde el desarrollo de la ley es la creación de la Agencia Estatal de Investigación. Es un nuevo organismo que repartiría cada año los fondos de I+D y pretende mayor independencia del poder político. "Crear la agencia es nuestra prioridad número uno", confiesa Andradas, que ya se reunió con el gabinete de la exministra Cristina Garmendia para ir perfilando el organismo, aún en estado embrionario. "Hay que garantizar que la agencia se crea en 2012 y el modelo a seguir es el del European Research Council [el organismo que reparte los fondos europeos para I+D de la UE]", opina Carlos Martínez-Alonso, exsecretario de Estado de Investigación.
Fuente: NUÑO DOMÍNGUEZ para publico.es
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