La fecha de caducidad de un producto hace referencia al momento que el fabricante pone como límite de consumo y advierte de que, a partir del mismo, el alimento no es del todo seguro para la salud. En paralelo, la fecha de consumo preferente marca el límite en el que los alimentos mantienen sus propiedades organolépticas y, si se sobrepasa, puede ser que el gusto, la textura o el sabor pierdan fuerza. Sin embargo, si se consumen, no tienen porqué causar daños en la salud. El Parlamento Europeo, y ante el hecho de que en la UE se desperdician cada año 89 millones de toneladas de alimentos en buen estado, ha iniciado un debate sobre las normas de caducidad que se aprobaron cuando la economía europea desbordaba riqueza a partir de estrictos criterios de seguridad alimentaria. En época de ahorro y confirmada la seguridad de los alimentos, se cuestiona aumentar la vida útil de varios.
La nueva propuesta parlamentaria no permite el consumo de alimentos sin un mínimo estado de calidad y seguridad, sino que pretende ser más flexible con los estándares de calidad. Muchas frutas con formas anormales o de color poco brillante se desechan, aunque no supongan ningún riesgo alimentario y puedan consumirse sin ningún problema. Lo mismo sucede con los consumidores, que desechan un cuarto de la comida que adquieren sin darse cuenta y que, en muchas ocasiones, podrían ingerir sin riesgo.
¿Es fiable la fecha de caducidad?
Es frecuente relacionar la fecha de las etiquetas como límite para el consumo de alimentos, pero no siempre es así
Una de las claves del problema puede ser la falta de información del consumidor, ya que es frecuente relacionar la fecha de las etiquetas como límite para el consumo de los alimentos, aunque no siempre es así. Se debe distinguir entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. Ante la falta de conocimiento, los productores utilizan la de caducidad cuando podrían usar sin ningún problema la de consumo preferente. El motivo es asegurar la calidad de sus productos y evitar cualquier problema con la normativa vigente.
Paralelo a este problema, ha surgido un nuevo debate: el de la seguridad alimentaria. En España se suman más de 15.000 casos al año de intoxicaciones alimentarias por el consumo de alimentos en mal estado. La Unión Europea propone ampliar el periodo de tiempo considerado apto para el consumo de alimentos y obligar a las industrias a indicar que estos no son peligrosos si se traspasa la fecha de caducidad, siempre y cuando se garantice su seguridad.
Cómo aprovechar los alimentos
A raíz de esta problemática, es importante destacar métodos y consejos para aprovechar al máximo la vida comestible de los alimentos. Debe tenerse en cuenta que no todos son iguales ni se comportan de la misma manera. Por tanto, ¿deben tirarse a la basura todos los alimentos que han sobrepasado su fecha de caducidad o la marcada en la etiqueta? La respuesta varía en función del tipo de alimento y del peligro que conlleve su composición.
Para los productos crudos como vegetales, carne o pescado, sí es aconsejable ceñirse a su fecha de caducidad, pero para lácteos como el yogur, siempre pueden consumirse pasada su fecha de caducidad porque no suponen ningún peligro para la salud. En el caso del yogur, solo se nota un sabor cada vez más ácido. Otra pregunta frecuente sería cuántos días después de pasada la fecha de caducidad se pueden consumir los alimentos, algo que depende del alimento en cuestión y de los días que se haya sobrepasado la fecha "límite".
Cuanto más tiempo transcurre, más se pierden algunas de las características organolépticas. Tras analizar el alimento desde el punto de vista sensorial, debe comprobarse su olor y aspecto para determinar si es apto o no. Oler, mirar y tocar antes de probar y, en caso de sabores extraños, desechar el alimento sin dudarlo. Algunas pautas para un consumo más seguro son:
Carne, pescado y alimentos crudos: consumir dentro de la fecha límite.
Huevos: consumir dentro de la fecha límite.
Alimentos de cuarta gama: consumir dentro de la fecha límite.
Conservas: pueden consumirse unos días después de su fecha límite.
Chocolate, miel o galletas: pueden consumirse unos días después de su fecha límite.
Leche UHT: puede consumirse pasados unos días de su fecha límite.
Yogures: pueden consumirse pasados unos días de su fecha límite.
Todos los alimentos que pueden consumirse después de su fecha de caducidad, en general, no causan problema alguno, siempre y cuando se analicen antes y se asegure que continúan en buen estado.
CÓMO SE INDICAN LAS FECHAS DE CONSUMO
Los alimentos con fecha de caducidad deben llevar marcado en las etiquetas el día, el mes y, de forma opcional, el año. Por el contrario, los alimentos con fecha de consumo preferente deben marcarse de la siguiente manera:
Alimentos con una duración inferior a tres meses: es necesario indicar el día y el mes de su caducidad. Es el caso de los huevos.
Alimentos con una duración de tres a dieciocho meses: es necesario indicar el mes y el año de caducidad, como en las galletas o el chocolate.
Alimentos con una duración superior a los dieciocho meses: debe indicarse el año de caducidad, como en las conservas.
Fuente: consumer.es
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