La lucha contra el Chagas despierta del olvido. Después del estancamiento de los últimos años, la investigación ’carga pilas’ y explora nuevas vías de tratamiento para esta enfermedad tropical, confinada a los países latinoamericanos y que afecta a ocho millones de personas en el mundo. Así, por ejemplo, según un artículo publicado en la revista ’Science’, el próximo año, un nuevo medicamento entra en fase I de estudio (para determinar su seguridad) y otros dos en fase II (para esclarecer si el Chagas responde a dicho fármaco).
Aunque estos trabajos aún son muy incipientes, es decir, "requieren muchos años hasta que supongan una alternativa real, lo cierto es que son una muestra del interés que empieza a suscitar esta enfermedad", recalca Rogelio López-Vélez, responsable de la Unidad de Medicina Tropical en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
Hasta la fecha, el mal del Chagas, catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como ’enfermedad tropical desatendida’, "no recibía la suficiente atención de la industria farmacéutica para luchar contra ella", explica el doctor López-Vélez. Estaba confinada a Latinoamérica, especialmente a un grupo de población selvática, muy ligada a la pobreza, y "se veía postergada en las prioridades de la salud pública, porque los afectados carecen de influencia política", en palabras de la OMS.
"Han pasado décadas desde el último ensayo clínico desarrollado con un fármaco para la enfermedad del Chagas y si echamos la vista atrás, más del 50% de los medicamentos en estudio no llegaron a aprobarse", aseguran dos investigadores estadounidenses, Frederick Buckner, bioquímico de la Universidad de Washington (EEUU) y James McKerrow, otro bioquímico de la Universidad de California (San Francisco, EEUU).
Problema de salud pública en España
Ahora que ha empezado a afectar a Europa y a EEUU, el panorama ha cambiado y "ha despertado el interés científico y económico", indica López-Vélez. "Se ha convertido en un problema de salud pública, sobre todo en España, que después de EEUU y fuera de los países endémicos, es el país del mundo con más casos de Chagas, unos 50.000, la mayoría de ellos bolivianos".
El problema es que actualmente sólo hay dos tratamientos disponibles, benznidazol y el nifurtimox, que datan de los años 70 y además suelen ser muy mal tolerados por los pacientes. Provocan reacciones adversas en un 32% de los casos. Según el especialista español, "como son muy tóxicos pueden afectar al hígado, a la médula ósea, a la piel y a las mucosas". De hecho, entre un 20% y un 30% abandona el tratamiento.
Aparte de este inconveniente, afirma el galeno, "no tenemos test para predecir quiénes de los que están infectados desarrollarán esta enfermedad potencialmente mortal, que afecta al tubo digestivo y al corazón. Sabemos que ocurre en un tercio de los casos y lo ideal sería sólo tratarles a ellos, por la toxicidad de los medicamentos". Además, tampoco tenemos herramientas que determinen si el paciente se ha curado o no (sólo a través de serología, que tarda entre 10 y 15 años)".
En definitiva, según López-Vélez, "es una enfermedad muy desatendida en todos sus aspectos". De momento, "los fármacos disponibles sólo están descritos para los recién nacidos que acaban de infectarse, en los que son efectivos al cien por cien, y en pacientes con cardiopatía incipiente, porque si es avanzada no se benefician y lo único que se puede hacer es poner marcapasos o realizar un trasplante".
Iniciativas españolas
Dado que se ha convertido en un problema de salud pública fuera de las fronteras endémicas y España es uno de los países más afectados, "estamos desarrollando varias iniciativas", comenta el especialista en Medicina Tropical. Y el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, junto con el Hospital Clínic de Barcelona, es uno de los pioneros.
Para empezar, y teniendo en cuenta que una de las vías de transmisión es la transfusión de sangre, "existe un real decreto que obliga al cribado de todas las bolsas de sangre procedentes de personas en riesgo", señala López-Vélez.
En el hospital madrileño, "tenemos un equipo móvil diseñado para trasladarse y educar, alertar y realizar test rápidos de Chagas". Las instalaciones del centro hospitalario, "tenemos un equipo monográfico para diagnósticar y tratar a todo el mundo. Manejamos la toxicidad con un seguimiento muy estrecho, adecuamos las dosis, las fraccionamos, etc.". Además, participan en investigación con otros equipos profesionales de España para buscar marcadores pronósticos de la enfermedad y respuesta al tratamiento.
La prioridad en España es saber "cuánto Chagas tenemos exactamente, detectarlo y tratarlo, para evitar los trasplantes cardiacos y también la transmisión de madre a hijo", apunta el doctor del hospital madrileño. "Ahora mismo somos el faro que ilumina al resto de países. Estamos enseñando y exponiendo en congresos nuestros programas de salud pública".
Fuente: Laura Tardón para elmundo.es
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