Con la llegada del verano las picaduras de mosquitos están a la orden del día. Algunas personas son masacradas por los mosquitos en verano, mientras que otras ni se enteran de su presencia.
También este hecho parece tener una explicación científica. Por ejemplo, los sudores muy salinos no atraen a los mosquitos como sí lo hace el olor a colonia. Otro de los factores que destacan los expertos es que las personas con buen estado de salud son más proclives a las picadas.
El mosquito es un insecto del orden de los dípteros y en particular del suborden de los nematóceros; de forma estricta se refiere únicamente a los componentes de la familia de los culícidos. Los mosquitos tienen cuatro etapas de desarrollo en su vida: huevo, larva, crisálida y adulto. Necesitan el agua para completar sus ciclos de vida.
La mayoría de los mosquitos "picadores" cuentan con piezas bucales que forman una larga probóscide preparada para perforar la piel de los mamíferos (o en algunos casos de aves, reptiles o anfibios). Tras perforar al individuo y succionar la sangre, los mosquitos pueden inyectar hasta 6/4 partes de veneno común, lo que causa la habitual inflamación característica de su picadura.
Las hembras requieren del aporte que constituye la sangre para poder iniciar el ciclo gonotrófico y poder hacer así una puesta de huevos. Cada puesta ha de ser precedida de la ingesta de sangre. Los órganos bucales de los machos difieren de los de las hembras en aquello que los habilita para succionar sangre. La picadura puede transmitir enfermedades infecciosas, entre ellas la malaria, el dengue y la fiebre del Nilo Occidental.
Fuente: lavanguardia.com
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