Si no se frena el cambio climático, una de cada 10 especies podría haber desaparecido antes de acabar el siglo. La destrucción de hábitats inducida por el calentamiento está llevando a muchas plantas y animales al límite de su supervivencia. Los expertos alertan de que la hora de actuar es ya.
Investigadores de la británica Universidad de Exeter , ante el creciente escepticismo sobre el impacto del calentamiento, han examinado más de 200 predicciones sobre los efectos futuros del cambio climático entresacadas de estudios realizados en todo el mundo y los han comparado con otros 130 informes de los cambios que ya se han producido. La comparación muestra que las previsiones no son alarmistas, es más, se quedan cortas.
"Nuestro estudio es una llamada a la acción. Muchas de las especies que ya están en declive podría extinguirse si las cosas siguen como están. Es hora de dejar de usar la incertidumbre como una excusa para no actuar. Nuestra investigación muestra que los efectos nocivos del cambio climático ya están ocurriendo y, en todo caso, superan a las predicciones", sostiene el director del estudio, Ilya Maclean.
Su investigación, que usa la lista roja de especies más amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) para relacionar el descenso de una población con su riesgo de extinción, abarca una amplia gama de especies en todo tipo de hábitats en todo el mundo. Los resultados confirman que el cambio climático inducido por el hombre es una amenaza a la biodiversidad mundial.
"Revisando toda una serie de estudios de todo el mundo, encontramos que el impacto del cambio climático se puede sentir en todas partes, y entre todos los grupos de animales y plantas. De las aves a los gusanos pasando por los mamíferos marinos, desde altas montañas a las selvas y los océanos, los científicos parecen haber estado en lo cierto al señalar al cambio climático como una amenaza real para las especies", sostiene Robert Wilson, coautor del trabajo publicado en la reciente edición de PNAS.
"Tenemos que actuar ahora para evitar que las especies amenazadas acaben extinguiéndose. Esto implica reducir las emisiones de carbono y proteger las especies de las otras amenazas a las que se enfrentan, como la pérdida de hábitat y la contaminación", añade Wilson.
El negro destino de la Jarilla de las Cañadas
En caso contrario, muchas de las especies desaparecerán en las próximas décadas. Los autores ponen varios ejemplos. La Jarilla de las Cañadas (Helianthemum juliae), un arbusto endémico del Teide, tiene entre un 74% y un 83% de papeletas para que se haya extinguido en los próximos 100 años por culpa de la sequía inducida por el cambio climático.
En esta lista negra también están los patos Eider de Anteojos, (Somateria fischeri), que, a pesar de los esfuerzos de las autoridades de Alaska por salvarlo, se está quedano sin alimento. La población de moluscos de los que se alimenta se ha reducido al 20%.
Como se dijo arriba, estas predicciones se basan en proyecciones de datos reales. Así, las grandes poblaciones de anfibios del parque Yellowstone (EEUU) se han reducido dramáticamente en los últimos años. La población de salamandra tigre (Ambystoma tigrinum) ha caido casi a la mitad desde 1992, por ejemplo.Pero hay especies de ranas que han desaparecido en un 80%.
Algo similar puede decirse de los reptiles montañosos de Madagascar o de uno de los escasos habitantes terrestres de la Antártida, como un gusano nemátodo, o el antes habitual de la tundra chorlito carambolo y miles de especies más.
Fuente: publico.es
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