Ya casi nadie habla de ella, pero los investigadores siguen intrigados por la gripe A, por la primera pandemia de influenza del siglo XXI. Un equipo de científicos del Instituto de Investigación The Scripps (California, EEUU), junto con colegas de otras instituciones, acaba de desvelar nuevas claves sobre el H1N1, el responsable de dicha gripe. Han descrito la estructura de la proteína clave para que el virus infecte el organismo humano, la hemaglutinina, sustancia que se encuentra en la superficie y que da la letra H a las distintas cepas.
"La estructura revela que el virus comparte rasgos con muchos de los virus gripales que circularon a principios del siglo XX, pero la similitud más significativa la presenta con el virus de 1918, el causante de la gripe española, lo que explicaría por qué las personas que estuvieron expuestas a ese virus no han sufrido el impacto de esta nueva pandemia y, sin embargo, los jóvenes han sido los más afectados", explica Ian Wilson, coordinador del trabajo que se publica en la revista ’Science’.
Según indica Rui Xu, otro de los firmantes del estudio, "para que una pandemia ocurra, tiene que existir una población naïve, cuyos sistemas inmunes no sepan reconocer el virus y, por tanto, se infecten fácilmente. Esto es lo que ha sucedido con el H1N1". La hemaglutinina es la sustancia del virus gripal que reconoce nuestro sistema, que responde generando anticuerpos que le hagan frente. La vulnerabilidad de una persona a la gripe depende de lo bien que su sistema identifique la hemaglutinina.
Por lo tanto, conocer la estructura de esta proteína, que además es básica para desarrollar las vacunas, "permitirá saber cómo evolucionará la pandemia en un futuro", concluyen.
El equipo comparó la estructura de la hemaglutinina de la gripe A con todas las cepas de H1N1 entre 1918 (incluyendo una de la gripe española) y 1957 y con otras posteriores a 1977. Así vieron que una zona de esta proteína era casi idéntica a la de 1918 y que por este motivo algunos individuos han sido capaces de neutralizar el virus, porque su sistema inmune ha respondido de forma correcta.
Protección a través de los años
Para comprobar hasta dónde llegaban las semejanzas, un equipo de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (los CDC) llevó a cabo un experimento, publicado en ’Science Translational Medicine’, en el que inyectaron a un grupo de ratones una vacuna con el virus inactivado de la gripe de 1918. Después les expusieron al virus de la gripe A de 2009 y observaron que todos los roedores sobrevivieron. Lo mismo les ocurrió a aquellos que habían recibido una vacuna con un virus inactivado de 2009 y fueron expuestos a la gripe española.
"Es un resultado bastante sorprendente. No esperábamos que los mismos anticuerpos pudieran generarse y ser eficaces para dos virus tan distantes en el tiempo", señala el doctor Gary Nabel, del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID). "La protección de los anticuerpos para cepas separadas por un periodo de más de tres años es muy poco frecuente", indica.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la gripe A sigue propagándose por el mundo y, hasta ahora, ha matado a 16.000 personas. "Este hallazgo nos da una nueva visión sobre cómo los virus pandémicos evolucionan y se convierten en cepas estacionales y proporciona nuevos datos para desarrollar vacunas más efectivas", afirma Anthony Fauci, el director de los NIAID.
FUENTE: ISABEL F. LANTIGUA– para Elmundo.es
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org