Pocos son los ganaderos de las montañas leonesas que no pastorean sus rebaños bajo la atenta mirada lánguida de sus mastines.
El objetivo, conducir al ganado y, por encima de todo, protegerlo de los ataques de los predadores.
Potentes, musculosos, nobles y de una rotundidad inquebrantable, los mastines son los mejores aliados de las cabañas ganaderas en buena parte de la Cordillera Cantábrica, donde las comunidades oseras y loberas siempre acechan. En otros rincones de la península, sin embargo, la práctica ausencia de predadores ha hecho languidecer esta práctica.
No hay perros de defensa y cuando hay ataques, éstos son certeros. Este hecho ha abierto una brecha casi insalvable en la convivencia entre animales salvajes y domésticos. Una brecha que los mastines están llamados a restañar a base de hacer lo que siempre han hecho: proteger a sus rebaños. Con ello, se busca reducir el rechazo social a los predadores y conseguir, por tanto, que osos y lobos tengan una oportunidad en zonas donde ya se han ganado una frontal oposición. Pirineos, sin duda, es uno de los objetivos, aunque se pretende extender hasta Andalucía.
Con estos planteamientos de fondo, la Fundación del Oso Pardo lleva años trabajando en proyectos que garanticen un equilibrio entre especies y que permitan que animales salvajes y domésticos puedan coexistir.
Para ello, la Fundación se embarcó en un proyecto Life junto a otras 17 ONG y administraciones de Portugal, Francia, Italia y Croacia. El objetivo, garantizar la coexistencia entre los grandes carnívoros y las sociedades rurales.
Para ello se distribuyeron vallas eléctricas, cercados fijos y mastines. En total, la Fundación donó 75 cachorros a 42 explotaciones ganaderas de Salamanca, Ávila y Segovia que habían sufrido ataques de lobos o perros asilvestrados.
La mayor parte de estos cachorros procedían de explotaciones del norte de León, donde ganado y lobo nunca han dejado de coexistir. El balance de la experiencia fue tan positivo que las comunidades ganaderas pasaron de perder una media de 23 cabezas de ganado al año a tan sólo 7.
Ahora, con esa experiencia tan positiva a sus espaldas, la Fundación Oso Pardo ha editado una guía para que ganaderos y amantes de esta raza en general puedan conocer todos los secretos de los mastines.
FUENTE: Sarah Aller para Elmundo.es
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org