El problema con el que se encuentran los ganaderos es que no pueden trasladar ese incremento de los costes en los precios del producto en origen, lo que demuestra su situación de debilidad frente a la gran distribución que provoca que las diferencias en los márgenes comerciales sean mayores cada vez..
Los ganaderos siguen cobrando lo mismo -o menos- por sus productos pero cada vez tiene que hacer frente a mayores costes de producción mientras que los consumidores pagan más.
El mercado de los cereales, marcado por las fuertes especulaciones y por los vaivenes de los mercados de futuro o las bolsas, condiciona el precio de los piensos y lanza al alza el costé básico más importante de las explotaciones ganaderas.
El problema es que esta situación de volatilidad tampoco beneficia a los productores de cereales porque no pueden tener una estabilidad y no saben a qué atenerse a la hora de sembrar o invertir.
LA UNIÓ reclama que se establezca un precio mínimo de intervención en el cereal para garantizar una mayor estabilidad en sus cotizaciones y adoptar las medidas necesarias para luchar contra los excesos especulativos como podría ser el de prohibir el comercio por parte de proveedores esporádicos, además de poner a disposición del mercado las reservas públicas de cereal.
Fuente: agroinformacion.com
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