Durante buena parte de la pasada legislatura se pensó -porque así se había anunciado- que la Dirección General de Derechos de los Animales trabajaba en una nueva orientación para la regulación sobre perros potencialmente peligrosos (PPP). Finalmente, la complicada tramitación parlamentaria lo hizo imposible y la Ley 7/2023 salió adelante sin tocar su polémica estructura y filosofía fundamental (basada en catalogar como PPP a un listado de razas por sus particulares condiciones, no por su comportamiento). Tras muchos años sin organizar por ello un curso habilitante para evaluar la agresividad de este tipo de animales, la convocatoria de uno para marzo (días 21 y 22) por parte de Colegio de Alicante (Icoval) levantó tanto interés que, tras cubrir las primeras 60 plazas, se ha convocado una segunda edición para este mes de abril (días 23 y 24).
Al éxito de la iniciativa también contribuyó la entidad de sus dos profesiores -dos reputados etólogos como lo son Marta Amat y Tomás Camps- así como el planteamiento del propio curso. Efectivamente, se dividió la formación en 5 horas lectivas teóricas y otras 3 prácticas, centradas éstas en cómo interpretar el lenguaje canino e identificar los comportamientos clave en observación directa con los animales (en el Parque Educativo de Aspe).
Informes y test
El Decreto 16/2015, de 6 de febrero del Consell mantuvo, de forma distintiva con respecto a muchas autonomías, que un perro de raza o condición no catalogada como PPP pero que la hubiera adquirido tras protagonizar una agresión o mordedura pueda perder tal estatus (y las obligaciones que ello conlleva para su propietario según las leyes vigentes al respecto) tras pasar favorablemente las pruebas de sociabilidad a cargo de un veterinario acreditado.
En la práctica , hoy hay ayuntamientos valencianos que reclaman y otros que no lo hacen tales test pero lo que sí exigen antes de sacar a un perro de este listado es un parte favorable de un adiestrador y/o un informe veterinario. Este curso ha habilitado a sus alumnos para poder realizar estos test de sociabilidad pero también para ir más allá en tales informes, “para ofecer más herramientas y hacer un análisis multifactorial más completo que permita evitar muchos de los falsos positivos que -por su planteamiento- suelen dar estas pruebas”, explicó Tomás Camps durante el curso. El etólogo recordó que estos test se plantearon como complemento a la Ley de Seguridad Ciudadana “sin considerar tanto otros aspectos de bienestar animal que hoy sí sabemos más determinantes”.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org