La triquinosis puede provocar cuadros graves, complicaciones cardíacas, neurológicas o pulmonares. En 2020 un nuevo reglamento europeo estableció que la toma de muestras y las necesarias pruebas para detectar este parásito tenían que ajustarse a un método y a unos requisitos fijados en la Norma ISO 18743. Para el porcino doméstico, estos análisis son realizados en los mataderos y el cambio no supuso mayor problema. El conflicto arrastrado en los últimos años se ha dado con las piezas de caza silvestre y de la matanza domiciliaria destinada al consumo privado para las que, básicamente, sólo existía un sitio oficial para realizar estas pruebas: el Centro de Calidad Avícola de la Comunitat Valenciana (CECAV). El Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV) de la mano de la Conselleria de Sanitat Universal –con la que en diciembre suscribió un convenio- han intervenido para facilitar el control sanitario de estos animales y hoy ya hay 8 clínicas habilitadas con profesionales formados y el equipo necesario.
Desde 2015 que la norma comunitaria (Reg. de Ejecución 2015/1375) obliga a realizar los análisis de triquinosis bajo el método de digestión. El cambio normativo se dió después de que en 2014 se confirmase en Cataluña un caso de una de las tres especies de triquina –la T. pseudospiralis- que no era capaz de detectar el ‘tradicional’ triquinoscopio, lo que obligó a cambiar la regulación sobre tales análisis y a realizarlos por el citado método, que requiere de unos equipos más caros y de especiales conocimientos, amén de una supervisión de los medios y de la técnica aplicada. Desde entonces, con todo, se han producido casos graves de la enfermedad, como el de mayo de 2019 en Ciudad Real tras sacrificar de sin control veterinario a un cerdo o como, sin ir más lejos, el acontecido hace menos de dos meses en León cuando 16 personas se intoxicaron por un chorizo elaborado de forma casera de carne de jabalí.
“Hemos buscado soluciones de la mano de la Administración para avanzar en el tema y establecer procedimientos, garantizando siempre la seguridad alimentaria”, asegura la presidenta del CVCV, Inmaculada Ibor. Efectivamente, ya en 2019 y con la intención de cumplir con la regulación relativa a la venta de proximidad (Decreto 201/2017) , el CVCV mantuvo varias reuniones para analizar las posibilidades de mejorar el control de la triquina y suscribió un convenio con la Federación de Caza de la CV. Con tal acuerdo, se fomentaron acciones para asesorar e informar en materia cinegética, de identificación, vacunación y bienestar de los animales usados para la caza, así como sobre el tratamiento de las piezas cobradas y se planteó realizar cursos a los asociados y a los clubes deportivos. Los colegios, además, han contribuido a formar estos años a los veterinarios específicamente para ajustarse a los procedimientos. En diciembre de 2022, finalmente, se impulsó un convenio con la Conselleria de Sanitat Universal para regular las condiciones de estos análisis y facilitar una mayor oferta de laboratorios.
Los 8 centros que ahora han sido habilitados (1 en la provincia de Alicante; 3 en la de Valencia y 4 en la de Castellón) han realizado una considerable inversión para adquirir los equipos por el método de digestíón conforme a la ISO 18743; cuentan con veterinarios formados para la toma de muestras y la realización de estas pruebas y se han sometido con éxito a programas de control por parte de CECAV (una verificación inicial y a evaluaciones periódicas posteriores, cada 18 meses).
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org