El X Congreso Mundial Taurino de Veterinaria se celebró en Castellón porque es esta la provincia que, de largo, más festejos taurinos celebra de España. Teniendo al Colegio de Castellón (COVCS) como anfitrión, debatir sobre el veterinario y su papel en los bous al carrer era una cuestión ineludible. Su presidente, Luis Miguel Gargallo, introdujo el polémico asunto -que se arrastra desde que en 1998 se transfirieron las competencias en esta materia a las autonomías- y moderó una mesa redonda en la que también participó Inmaculada Ibor, presidenta del Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV). Ibor y Margallo recordaron cómo el decreto que regulaba la presencia obligatoria del veterinario en estos festejos estaba “ya consensuado” en 2018 y cómo “la política primero y la pandemia después” acabaron por paralizarlo.
La responsable colegial autonómica insistió en que, a finales de 2017, la obligatoria contratación del veterinario en estos festejos era algo ya decidido, aceptado incluso por los representantes de los peñistas. Se disponía de un borrador, que pasó el periodo de alegaciones, sus funciones estaban definidas e incluso se había acordado que la designación de estos profesionales, habilitados por el colegio a través de un curso de formación específico -cuyo programa ya se había ultimado-. “La inclusión sorpresiva en una proposición de Ley, el 31 de diciembre de 2017, que obligaba a contratar un segundo médico y que posteriormente fue retirada, acabó por bloquear la reforma y desde entonces todo han sido excusas más excusas”, relató Ibor en su ponencia.
Por todo ello, una vez retomada ahora la normalidad tras la pandemia, la presidenta del CVCV reclamó reactivar la normativa que quedó pendiente y hacerlo “en beneficio de la propia fiesta, porque el control veterinario en los bous al carrer aporta garantías en materia de sanidad y bienestar animal, salud pública y seguridad alimentaria”.
El debate
Testigo privilegiado de cómo se paralizó este ansiado cambio normativo fue quien precisamente prometió públicamente en agosto de 2015 incorporar al veterinario en la regulación de los bous al carrer y después de iniciar los trabajos para hacerlo acabó por paralizar la reforma. Efectivamente, estaba previsto que el secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel Batalla, participara en esta mesa pero finalmente no lo hizo pero sí acudió a la jornada inaugural.
En parecido sentido, otro invitado protagonista de todo ello -el hasta el pasado 30 de mayo presidente de la Federación de Peñas Taurinas de la CV, Vicente Nogueroles- tampoco participó en tal debate. En su lugar acudió -invitado a última hora- el presidente de la Asociación en Defensa de las Tradiciones de Bous al Carrer C.V, Alejandro Cano.
“Nosotros ponemos el dinero y el trabajo. No estamos en contra del veterinario, lo que rechazamos es que su presencia sea obligatoria. Si la Comunitat es líder en la celebración de estos festejos es porque aquí la organización es más fácil y la contratación del veterinario sería un lastre para la celebración en muchos pequeños pueblos”, adujo Cano ante un aforo que, en reiteradas ocasiones, agradeció respetuoso la voluntad de diálogo demostrada con su presencia.
“¿Habría veterinarios suficientes para cubrir tantos festejos?, porque en el poco tiempo que se impuso el segundo médico ya se tuvieron que suspender muchos porque no los había”, expuso el presidente de esta asociación durante la segunda mesa de debate sobre este asunto
Ibor pidió entonces la palabra para asegurarle que sí, que los habría, porque de hecho ya se “estaba preparado para hacerlo en 2018”.
Legalidad y Salud Pública
Antes de que se diera tal intercambio de pareceres, la presidenta del CVCV expuso las razones de la necesaria presencia del veterinario en esta tradición. En primera instancia, apeló a que la normativa nacional sobre sanidad animal (Ley 8/2003) considera como explotación ganadera también a los centros donde se lleven a cabo espectáculos taurinos, amén de que obligue a que uno de estos profesionales habilitado al efecto tenga que certificar cada movimiento de los animales participantes. Su acción viene reforzada por el RD 479/2004 que también considera a estos corrales como explotación ganadera así como por la ley de ganadería (autonómica, Ley 6/2003) que obliga a que un veterinario supervise los programas sanitarios en estas instalaciones.
Pero es que, además, “su intervención es una cuestión de sanidad animal y salud pública”, reiteró Ibor. “El propio Ministerio de Agricultura reconoce que estos festejos son la causa más importante de persistencia de la tuberculosis bovina allá donde se celebran”, añadió. En una intervención posterior, el hasta hace poco subdirector general de Agricultura y Ganadería de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Vicente Marzá, confirmó que durante los dos últimos años de pandemia -de suspensión de tantos festejos- “la prevalencia de la tuberculosis cayó en picado”.
Bienestar
Paula Martínez Pons (en la foto), matemática y veterinaria que ejerce habitualmente contratada voluntariamente por municipios de la Vall d’Uixò para supervisar estos festejos, pronunció una aplaudida y didáctica ponencia sobre los beneficios concretos de la acción de estos profesionales sobre el bienestar animal Posteriormente, en la segunda mesa redonda celebrada, fue muy activa a la hora de negar las razones que podrían desaconsejar su participación.
Ganaderos de bous como Germán Vidal, la teniente de alcalde de Almazora, Isladis Falcó (ambos en la foto superior), el inspector de la Unidad de la Policía Nacional adscrita a la Comunitat, Antonio Aguilar o el citado Marzá apoyaron decididamente la presencia del veterinario en estos festejos.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org