Alicante, a través del centro de recepción de la Ciudad de la Luz, es junto a Madrid y Barcelona una de las tres principales vías de entrada a España para quienes huyen de Ucrania. Para las personas y, en ocasiones también para sus perros y gatos. Y la cantidad refugiados, como la de animales, sigue in crescendo. A estas alturas, tras casi dos meses de conflicto, la cifra de mascotas llegadas a Alicante se mide, seguro, en varios centenares. Sin embargo, al cierre de esta edición, la Conselleria de Agricultura aún no había terminado de perfilar una solución definitiva para acoger a los que son rechazados en el propio centro de recepción del citado complejo -que también es de acogida-, o en los albergues u hoteles habilitados, que tampoco aceptan mascotas. Se planteaba reconducirlos a la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Alicante -Bacarot- pero el horario para poder registrarlos era de 10 a 12 horas, cuando los buses pueden llegar en cualquier momento. Así las cosas, sabiendo que todos estos animales tienen que ser identificados, vacunados y desparasitados (cosa que hacen los veterinarios y financian los colegios) y tienen que hacer después necesariamente y según el protocolo, una cuarentena, están siendo algunas clínicas y refugios de animales privados los que están dándoles un techo.
El Colegio de Alicante (Icoval) se dirigió primero a las autoridades para reclamarles auxilio. El día 23 de marzo, su presidente, Gonzalo Moreno del Val, remitió escrito al Ministerio de Agricultura (MAPA) así como a la Dirección General de Derechos de los Animales para informar de la problemática. Pidió ayudas para disponer de lugares donde alojar a los animales y defendió la posibilidad de aprobar una línea para sufragar los gastos veterinarios de la atención “de enfermedades crónicas o de las urgencias”. El día 24 del mismo mes, además, se dirigió a la Conselleria de Agricultura para reclamar lo mismo.
Al poco, llegaron las primeras respuestas, aunque parciales. LA DG del Ministerio de Derechos Sociales se limitó a transcribir el protocolo de actuación dictado por el MAPA para dejar claro que, de no ser posible realizar las cuarentenas ‘a domicilio’ (como finalmente se decidió aceptar estableciendo algunas cautelas para los propietarios refugiados de los animales), “la idoneidad de los centros públicos o privados y la asunción de la toma de medidas se realizará por parte de los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) de las Comnunidades Autónomas”. Es decir, que trasladaba la resolución del problema a la Conselleria de Agricultura, salvo en “casos puntuales” donde pudiera mediar con emplazamientos alternativos, cuya evaluación también debería ser realizada por los SVO.
El MAPA, por su parte, reconoció el 25 de marzo ser “conocedor de la problemática generada por la no admisión en los centros de acogida de mascotas”. Es más, en su mail de respuesta decía asumir que la “solución no puede ser el recurso a los centros colaboradores veterianarios” y reconocía estar “haciendo gestiones”, de la mano de la DG de Derechos de los Animales y de la conselleria “para buscar soluciones”
El 28 de marzo, el departamento autonómico ratificó que “el alojamiento de estos animales y donde se debe realizar la cuarentena o aislamiento domiciliario es una cuestión del SVO”.
La petición de ayudas para su atención veterinaria no fue atendida por ninguna administración. A eso nadie respondió.
Denuncia en la prensa
12 días después de remitir las cartas y en vista de que seguía sin habilitarse espacio alguno, el presidente de Icoval se decidió a denunciar la situación en prensa. ‘Problemas con la acogida de perros y gatos procedentes de Ucrania’, tituló el 6 de abril el Diario Información de Alicante; ‘“No sin mi mascota”: los refugiados se niegan a entrar en los albergues de Alicante sin sus animales’, se leía en ‘El Español’.
La solución, ¿el parche?
Al cierre de esta edición -dos meses después de que Icoval denunciara el problema- se conocía que la consellería tenía en mente habilitar la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Alicante -Bacarot- como lugar donde ubicar a los perros y gatos de los refugiados que no podían quedarse con sus propietarios. Sin embargo, el problema persistía porque el periodo de registro de estos animales se limitaba a un horario de 10 a 12 de la mañana. Junto a ello, barajaba la posibilidad de levantar jaulas en el propio recinto de la Ciudad de la Luz para los perros y gatos de sus nuevos residentes.
- Ver información.es /6-4-2022
- Ver elespanol.es /6-4-2022
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org