El pasado15 de septiembre el Parlamento Europeo votó en contra de una moción de resolución de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI), relativa al uso de antibióticos en animales. La moción, que contradecía los criterios de designación de los antibióticos que deben reservarse para los seres humanos propuestos por la Comisión Europea (CE) en base a los informes de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), la EMA (Agencia Europea del Medicamento), la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal) y la propia OMS (Organización Mundial para la Salud) fue rechazada por 450 votos frente a 204 a favor.
Efectivamente, la moción consideraba las medidas de la CE y de todos los organismos científicos citados, insuficientes, e incluía la prohibición del uso en animales de todos los antimicrobianos críticos de máxima prioridad de la OMS: colistina, macrólidos, fluoroquinolonas de tercera y cuarta generación, así como cefalosporinas. Todos pasarían, según la moción, a una lista reservada para su uso en medicina humana.
Clamor en contra
En los días previos a la votación, la voz de los veterinarios y de la comunidad científica fue un clamor. A la cruzada contra estas nuevas restricciones se sumaron distintas instituciones veterinarias de países como Alemania, Francia o Italia, la Federación Europea de Veterinarios (FVE) y la Plataforma Europea por el Uso Responsable de Medicamentos en Animales (Epruma), y la propia Organización Colegial Veterinaria Española (OCV), entre otras muchas.
La FVE envió una carta motivando su rechazo que recibió más de 8.000 firmas de apoyo de colegios de veterinarios, asociaciones ganaderas, patronales de la industria cárnica...
Consecuencias
Prohibir sin criterio científico antibióticos veterinarios ni siquiera hubiera tenidó por qué significar combatir eficazmente las resistencias antimicrobianas y de hecho, podría incluso haberlas aumentado, debido a que la presión sobre el resto de antibióticos que sí que se podrían utilizar sería mayor. El sector veterinario temía que estas medidas pudieran dañar la salud y bienestar de los animales, y la propia OCV advertía que habría supuesto “un daño irreparable a la salud animal y causaría un sufrimiento innecesario a los animales, tanto en las granjas como en los hogares”.
Por su parte, la CE también advirtió que aceptar la moción de la ENVI y rechazar el acto delegado habría desembocado en un retraso y un paso atrás en la restricción y control de antibióticos en animales.
- Carta abierta de la FVE (en inglés) contra la moción
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org