Pese a que las terapias asistidas con animales son una disciplina emergente, cuyas bondades han sido acreditadas con abundante literatura científica, su implantación en centros sanitarios es escasa. Las exitosas experiencias realizadas hasta el momento se han circunscrito a las visitas de mascotas a algunos geriátricos, centros de atención especializados, a terapias ecuestres para pacientes con una problemática singular... El protocolo acordado por el Colegio de Alicante (Icoval) y por Ribera Salud para regular las condiciones de acceso de determinadas mascotas a pacientes ingresados en sus hospitales es, sin embargo, el primer trabajo en este terreno en la Comunitat Valenciana y uno de los primeros en todo el país.
El citado protocolo, que lleva algún tiempo probándose, se aplicará a los hospitales de Torrevieja y Vinalopó. Sólo tiene un antecedente en España: el programa Dogspital en el Hospital de Ibiza. En EEUU, en algunos centros de Florida o California, este tipo de acciones están ya muy consolidadas y regladas.
Estado de ánimo
Como explica el presidente de Icoval, Gonzalo Moreno del Val y reproduce, de hecho, el citado protocolo, la iniciativa aspira a “que las visitas de los perros o gatos que convivían con el enfermo ahora ingresado, o incluso crónico, sirvan para mejorar su estado de ánimo, aumenten su estimulación a los tratamientos, mejore su rehabilitación o, en casos extremos, humanice el proceso de muerte, permitiendo al paciente despedirse de la totalidad de sus seres queridos”.
Solicitudes
Cada solicitud será estudiada por el médico que esté a su cargo. Este facultativo es el que determinará la conveniencia del permiso atendiendo a criterios médicos (tras descartar una posible zoonosis, que no hay riesgo de empeoramiento o de reacción alérgica) y juzgará igualmente si es posible desplazar al paciente a la ‘zona de encuentro’. Por tal cosa se entiende un espacio especialmente habilitado en sendos centros y que escapa del área sanitaria.
Una vez obtenido el visto bueno del médico, se informará al paciente de la documentación que deberá aportar y es aquí donde el veterinario cobra todo el protagonismo. Él será el encargado de garatizar que el pasaporte sanitario acredite que el animal fue correctamente vacunado, desparasitado e identificado. Junto a ello, emitirá un segundo certificado que indique la ausencia de episodios de fiebre, vómitos o diarrea, estornudos o tos de posible origen infeccioso... Además, el animal deberá estar vacunado -o haber dado negativo en la prueba de laboratorio- frente a la Leptospirosis (en el caso de los perros) y haber sido desparasitado, interna y externamente, con efecto vigente el día de la visita. Este certificado se deberá emitir con fecha no superior a los 3 días previos en los que se programe la visita.
Para garantizar el acceso a estas visitas a todos los pacientes, Icoval se ha comprometido a asumir los gastos de la certificación veterinaria que generen los pacientes que acrediten con un informe de Servicios Sociales no tener recursos.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org