La situación legal es bien conocida: la dispensación de medicamentos al público está monopolizada por las farmacias, los veterinarios clínicos no pueden comercializarlos y cuando, en un acto clínico, realizan una cesión de los mismos tienen que cobrar por el servicio al 21%, cuando el tipo para las farmacias es del 10%. Con tales premisas María Esther Guerrero abrió en Madrid ‘FarmAnimal’ en 2014, la primera farmacia veterinaria del país.
“Fuimos los primeros y ni siquiera los ministerios estaban bien informados, me mandaban de un ministerio a otro, hasta que di con la persona que llevaba las inspecciones y me guió. Fue bastante complicado llegar a donde he llegado, cuatro años después”, explica Guerrero.
Mientras trabajaba dispensando, esta farmacéutica se formó con cursos de auxiliar de veterinaria. “Los propios profesores de los cursos que hice me contrataron para asesoramiento farmacéutico en sus clínicas y ahí es donde cogí muchísima experiencia”, reconoce.
Un farmacéutico que sepa
Ahora está pensando en abrir alguna farmacia más tras la buena acogida que está teniendo: “Estamos abiertos a montar una franquicia, pero es bastante complicado encontrar a alguien farmacéutico que sepa de veterinaria”. Guerrero se lamenta por la inexistente formación en nociones de Veterinaria en las facultades de Farmacia. “Cuando, por maternidad, tuve que buscar a alguien contraté a un farmacéutico pero al cabo de unos días tuve que buscar a un veterinario”, confiesa.
Una de las características diferenciales de su farmacia “es la rapidez con la que puedo conseguir los productos”, describe. Guerrero presume de tener todo tipo de clientes, “desde ganaderes hasta apicultores”.
- Ver animalshealth.es / 23-3-2018
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org