Un selecto «cóctel» de bacterias extraídas del primer tramo del colon —en el que se localizan aquellas que tienen efectos más beneficiosos en el organismo— podrían convertirse en la gran esperanza para millones de personas que viven día a día acosados por los efectos físicos y psicológicos de las llamadas enfermedades inflamatorias intestinales (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa...). Son pacientes que se sienten excluidos de la sociedad —debido a las constantes recaídas que les hacen, en muchos casos, pedir la baja reiteradamente— y que tienen una mala calidad de vida.
Un equipo de científicos del Instituto de Investigación del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha logrado experimentar con éxito en ratas el primer trasplante de flora intestinal del mundo. La investigación, publicada en la revista «Genome Research», abre las puertas a nuevos tratamientos contra estas enfermedades malditas que pese a no ser mortales, limitan enormemente la calidad de vida de quienes las padecen. Más allá de los trastornos intestinales, el hallazgo podría utilizarse también para abordar el tratamiento de la obesidad, la diabetes y otros trastornos metabólicos, según explica a ABC el doctor Francisco Guarner, responsable del grupo de investigación en fisiología y fisiopatología digestiva del Vall d’Hebron. El estudio, en el que han participado también investigadores de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona y de la Universidad de Colorado y que ha recibido el apoyo del Ministerio de Ciencia, del National Institute of Health (NIH) y del Howard Hughes Medical Institute, demuestra, por primera vez, que la flora intestinal puede ser modificada con éxito, y puede hacerse en beneficio de determinados pacientes.
Implante vía oral
«Realizamos una selección de determinadas bacterias altamente positivas, es decir, que tienen efectos beneficiosos en el organismo, y las trasplantamos, vía endoscópica oral, a otras ratas. Lo sorprendente, a diferencia de lo presupuesto hasta ahora, es que aproximadamente un 27% lograron implantarse, y seguían activas hasta tres meses después», detalla el investigador. Al margen del resultado en sí, Guarner subraya el hecho de que las ratas «tienen mucha más diversidad en la flora bacteriana, lo que, a priori, indica que es más complicado que las bacterias sobrevivan en estos animales que en los humanos, que presentan una flora intestinal menos diversa».
El siguiente paso ahora es, según afirma. seguir «descifrando el mapa bacteriano humano para saber qué bacterias necesitamos localizar y trasplantar en cada una de las patologías». «En este campo se avanza a pasos agigantados y es posible que en breve aparezcan las primeras investigaciones en humanos», añade el investigador catalán. Una de las primeras patologías en ensayarse la terapia será la inflamatoria intestinal. Según Guarner, en menos de tres años podría experimentarse en humanos.
De superar esta etapa, el trasplante de flora sería la gran alternativa al tratamiento farmacológico, que no consigue evitar la reaparición de la enfermedad. «Demostraría que no es necesario eliminar previamente la flora mediante antibióticos», conluye el científico.
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