Los veterinarios de salud pública adscritos a la Conselleria de Sanitat Universal pero también los que ejercen en la de Agricultura y Medio Ambiente están coordinándose para hacer llegar a las titulares de sendos departamentos, Carmen Montón y Elena Cebrián, un manifiesto en contra de la pretendida reforma del decreto 30/1988 que regula su estructura, organización y funcionamiento. Tras meses de reuniones en las sedes provinciales de los tres colegios valencianos y de intercambio de impresiones y escritos, el colectivo ha consensuado además un documento en el que se critica y desacredita, basando sus argumentos en el marco jurídico vigente, el borrador elaborado desde la Dirección General de Salud Pública que se hizo circular hace meses y que, en la práctica, propone disgregar definitivamente a los veterinarios de sendos departamentos y romper el principio de One health que armoniza la salud pública y la animal.
En tal manifiesto, eso sí, se deja la opción a la Administración de mantener tal borrador siempre que se dé antes solución a estas cuestiones que el colectivo considera prioritarias y que por su relevancia se reproducen aquí en su integridad:
1. Una adecuada coordinación de los veterinarios que trabajan en la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública y en la Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, mediante una visión integrada de la seguridad alimentaria de “la granja a la mesa”.
2. Una actualización en las funciones adaptada a la realidad de nuestro trabajo y competencias de las figuras actuales de Inspector Veterinario de Matadero, Coordinador Veterinario, Veterinario de salud pública de la Conselleria de Sanitat Universal y Servicios Veterinarios Oficiales de la Consellería de Agricultura .
3. Una adecuada, clara y concreta ordenación de los medios y recursos precisos para la realización del trabajo en cuestiones como formación, investigación, materiales de inspección, horarios, sistema de guardias, …
4. Un adecuado marco competencial que contemple todas las funciones que llevamos a cabo los veterinarios en la salud pública con independencia de la adscripción de los puestos de trabajo a cualquier consellería.
Junto al citado manifiesto, el colectivo ha reforzado su posicionamiento con un segundo informe basado en los siguientes puntos fundamentales.
En la granja’
De un lado, se defiende la figura y funciones del veterinario de salud pública adscrito al departamento de Agricultura porque así lo regula el Decreto 158/2015 del Consell, modificado por Decreto 80/2016, y que establece sus competencias en materia de sanidad animal, programas sanitarios, riesgos para la salud en el uso de los medios de producción, control de la trazabilidad... Un reconocimiento a ésa dimensión única entre la salud animal y humana que también viene recogida en la Ley General de Sanidad cuando considera a la profesión veterinaria como una “actividad básica del sistema sanitario”. O en la Ley 44/2003 de ordenación de las profesiones sanitarias (LOPS), que incluye a los veterinarios dentro del grupo de profesionales sanitarios licenciados.
Incluso, a nivel europeo, la DG de Salud y Seguridad Alimentaria de la CE, persigue en un único organismo la consecución de 4 grandes objetivos: Proteger y mejorar la salud pública; garantizar que los alimentos sean seguros y saludables; velar por la salud y el bienestar de nuestros animales; proteger la salud de cultivos y bosques. Lo que sería tanto como involucrar en un sólo cuerpo a los veterinarios que participan ‘de la granja a la mesa’.
Mataderos
Además, se advierte específicamente que el borrador propuesto resulta “muy confuso” en cuanto a la situación en la quedarían los inspectores veterinarios de matadero, figura que aunque se cita en un artículo inicial posteriormente “queda difuminada”, así como en los ámbitos territoriales de actuación que parecen quedar “al libre arbitrio de la administración”. Además, pese a la referencia a la mejora de las condiciones laborales de este colectivo incluida en el borrador, se advierte que el texto no da respuesta a “históricas reivindicaciones” de otros inspectores afectados por idéntica problemática como los que trabajan en lonjas, mercados mayoristas, eventos vinculados a una actividad lúdica... además de olvidar cuestiones como la investigación y la docencia.
Sólo seguridad alimentaria
El documento también lamenta el “vaciado competencial” de las funciones de los veterinarios de salud pública para dejarlas reducidas a la seguridad alimentaria. Acto seguido, se enumeran buena parte de ésas otras labores que forman parte del día a día y que van más allá de tan restringido concepto como el bienestar animal, no sólo en mataderos también en educación sanitaria, información y promoción de estudio y evaluación de riesgos ambientales, vigilancia y control o la colaboración con ayuntamientos en la inspección ante denuncias, sanidad ambiental, lucha contra plagas...
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org