Siete de siete: éxito del 100%. Éste es el balance contrastable de la colaboración mantenida entre el Banco de Tejidos de Tisulab y la Clínica Veterinaria la Sagrada Familia de Barcelona, especializada en traumatología y a la que la empresa valenciana asesoró para la realización de aloinjertos en casos de rotura de ligamento cruzado anterior (LCA) de rodilla de perros. En todos ellos, una vez completada su recuperación en plazos más cortos, no se observaron ni infecciones ni rechazos a los tejidos suministrados y siempre se recuperó la movilidad y funcionalidad de la articulación.
Tisulab, la primera compañía española que se dedicó a prestar servicios veterinarios para la reparación y regeneración tisular, ha realizado más colaboraciones de este tipo pero ésta es la primera en la que se ha podido hacer un seguimiento. Otro caso similar, con un perro tratado en el Hospital Veterinario de la Universidad Católica de Valencia, merecerá en breve un artículo en una revista especializada.
El abordaje de la rotura de LCA debe efectuarse restaurando los parámetros biomecánicos de esta articulación. En caso contrario y como es bien sabido, el continuo desgaste conllevará fenómenos degenerativos que terminarán por afectar a su funcionalidad, requiriendo intervenciones de mayor complejidad.
Evitar la morbilidad
La sustitución del LCA en el perro es una técnica similar a la que se realiza en la clínica humana por abordaje principalmente con aloinjertos tendinosos u oseotendinosos. Sin embargo, “sorprende la diversidad de metodologías que se usan para su acometida quirúrgica en animales y ello se entiende por los diferentes tipos de materiales utilizados para el reemplazamiento tisular (sintéticos, como la fibra de carbono o nylon; biológicos, como la fascia lata o la dermis), que presentan ventajas e inconvenientes”., explica Diego Mirabet, enlace clínico de Tisulab.
La técnica sustitutiva con material biológico análogo al original, tendones o ligamentos, puede realizarse también con autoinjertos, lo que asegura una significativa viabilidad celular. Sin embargo, “reviste cierta morbilidad, ya que conlleva la lesión de otro tendón o ligamento antes sano. Un banco de tejidos veterinarios como el nuestro hace que se pueda disponer de una amplia diversidad de aloinjertos, (tanto anatómicos como en tamaños) lo que permite seleccionar la pieza en función de cada indicación clínica y .reducir el tiempo quirúrgico”, aclara el científico.
La correcta (y ética) selección de los donantes de tejidos, la bioseguridad de sus instalaciones en el Hospital General de Valencia y los especiales protocolos para su mejor conservación (los mismos que en humanos) son también claves para entender su porcentaje de éxito.
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org