La información nutricional ha dejado de ser voluntaria. Desde diciembre, el Reglamento 1169/2011 obliga a incluirla en todos los productos alimenticios, incluidos aquellos que producen empresas de catering y los comercializados a distancia. Sin embargo, según una encuesta de Eroski Consumer, el 63% de los responsables de compra encuestados y que habitualmente se fijan en el etiquetado de los alimentos, no ha notado cambios en este canal de información en los últimos 6 meses.
La información nutricional, sin embargo, no es el único aspecto del etiquetado que ha cambiado recientemente. La nueva reglamentación lleva incorporando novedades desde hace poco más de un año, con el fin de lograr un etiquetado más claro. Algunas de ellas tienen que ver con el tamaño de la letra, la procedencia de la materia prima y la introducción de la información sobre alérgenos en la lista de ingredientes.
El “Estudio del comportamiento del consumidor sobre la información alimentaria” recoge los resultados de un total de 1.511 entrevistas a responsables de compras del hogar, hechas entre octubre y noviembre de 2015.
Alergias, lo más apreciado
Así, según esta encuesta, de entre los responsables de la compra que sí se percataron de los cambios (un 36%) identificaron varios cambios: en los ingredientes que causan alergias/intolerancias (un 17% lo percibió) y en la claridad de la información nutricional y el origen vegetal de los aceites y grasas (un 10%, respectivamente).
También se destacan otros en menor medida: que los datos nutricionales están agrupados y se visualizan fácilmente, que la información obligatoria está disponible y es accesible, que la palabra “sodio” se ha cambiado por “sal” y que se comunica cuál es el país de origen o lugar de procedencia del producto o del ingrediente primario.
Uno de los cambios más importantes de la nueva normativa se refiere a la obligatoriedad de la información nutricional. En la encuesta, un 72% de los responsables de compra confirmó que se fijaba en ella.
Grasas saturadas, lo más relevante
Y ¿qué datos consideran los más relevantes? Un 32% se decantó por los relacionados con las grasas saturadas, otro 23% por el valor energético (calorías), el 15% por las grasas trans y el 11% por los azúcares. En menor medida, se mencionan otros elementos como la sal (sodio), las grasas monoinsaturadas o poliinsaturadas, vitaminas, proteínas...
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