La fulgurante expansión de la sanidad privada, de las aseguradoras que ofrecen atención a millones de españoles a través de conciertos con facultativos y centros hospitalarios es hoy una realidad incuestionable. Médicos, dentistas, enfermeros, fisioterapeutas o podólogos pueden dar buena cuenta de ello. Los veterinarios clínicos podrían recorrer ahora el camino que antes andaron tantas otras profesiones sanitarias. Conscientes de esta situación y para poner luz sobre este enrevesado asunto, Icoval organizó el pasado 13 de octubre una ilustrativa charla con un buen conocedor de esta materia, Ignacio Oroquieta Menéndez., presidente del Colegio de Veterinarios de Sevilla y veterinario clínico.
Y no se trata de un fenómeno emergente, es ya toda una realidad sobre la que convendría reflexionar: en 2009 existían sólo cuatro aseguradoras que ofrecían seguros para mascotas pero hoy son al menos 15 las compañías que ya lo hacen. Un ejemplo “preocupante”, en palabras de Oroquieta, sería el de SegurCaixa. Efectivamente, la citada entidad dispone de una red de casi 6.000 oficinas bancarias que se convierten en puntos de venta; tiene un cuadro veterinario con 200 clínicas en toda España; sus previsiones son conseguir 23.000 clientes anuales, “23.000 propietarios de animales que acudirán a esas 200 clínicas concertadas en perjuicio de sus actuales veterinarios”, matizó el presidente colegial sevillano para acabar por advertir que “al negociar con un enorme volumen de asegurados, es una de las que menos paga a los profesionales y dilata mucho el abono de sus servicios y ha montado sus propios hospitales, centros asistenciales y clínicas dentales para canalizar a ellos a sus clientes”.
Independencia
La irrupción de estas aseguradoras en el mercado está afectando a la “independencia” -según Oroquieta- con la que el veterinario venía “estableciendo su relación con los clientes”, marcada por la libertad de elección del facultativo por parte de éste y por la libertad a la hora de poner precios por sus servicios en favor del primero.
El experto pasó a describir el “seguro ideal”, que no sería otro más que el que permitiera que “todas las partes intervinientes se beneficiaran de su existencia”. Sin embargo, la tendencia no parece apuntar en esa dirección. Efectivamente y como en el resto de seguros, para rentabilizar la cobertura ofrecida y cumplir tal premisa es necesario que haya muchas personas que contraten el seguro simplemente por si en algún momento lo necesitan y que la mayoría de ellos no hagan uso del mismo. “El problema surge cuando la aseguradora quiere trasladar al veterinario parte de ése riesgo”, concluyó.
Con todo, es evidente que trabajar de la mano de estas aseguradoras también puede reportar beneficios al clínico en tanto permiten facturar más por servicios o pruebas que antes el cliente no realizaba porque consideraba que eran inasumibles.
Tipos de pólizas
De forma sencilla, Oroquieta pasó a describir también los pros y los contras de los diferentes tipos de seguros de mascotas: el de cuadro veterinario, el de reembolso -que Oroquieta emplazó a recomendar- o las igualas (que no son seguros estrictamente).
Puede dirigir sus consultas al Colegio de Veterinarios de Alicante enviando un mensaje a la siguiente dirección: secretaria@icoval.org