Madrid, 26 jul.- El Gobierno y las administraciones competentes han intensificado las medidas de control de mascotas que cruzan la frontera de la Unión Europea junto a sus dueños durante las vacaciones para evitar que animales infectados de rabia propaguen esta enfermedad que también se contagia a las personas.
Muchos viajeros desconocen los requisitos que deben cumplir los animales, y en particular los perros y gatos, para poder volver a España tras una estancia fuera de la UE, lo que supone un problema especialmente importante en fines de semana como éstos de alta afluencia de tránsito en las fronteras.
Según datos de la Subdelegación del Gobierno de Cádiz, se espera el paso de 75.000 vehículos desde puertos del Norte de África a esta provincia y, por tanto, la Unión Europea, durante este fin de semana y el próximo.
También pueden llegar viajeros con animales de compañía en avión; por ejemplo, según Aduanas, desde el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas un día de verano pueden llegar unas quince mascotas desde países extracomunitarios que deben pasar el control para evitar que entren animales infectados por rabia, una enfermedad erradicada en términos generales en la Unión Europea.
Además, es importante saber que no se permite la entrada en España de perros, gatos o hurones de menos de tres meses.
Por ello, desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) cada verano se hace especial hincapié en aclarar las obligaciones que marca la normativa.
La jefa de Servicio de la Subdirección General de Acuerdos Sanitarios y Control en Frontera del Magrama, María de la Puente, explica a Efeagro que cuando una persona piensa viajar fuera de la Unión Europea con su mascota es muy importante prepararla bien para "protegerlas y esto va a hacer que nos protejamos a nosotros mismos y a otras personas".
Recuerda que si no se cumple con la normativa de la Unión Europea no se va a poder pasar la frontera con la mascota, una situación ante la que el dueño del animal tiene tres posibilidades: "la reexpedición, esto es, volver al país de dónde se procede, la cuarentena -que puede llegar hasta tres meses- o en los casos más extremos el sacrificio".
Para evitar estos problemas hay que actuar con tiempo suficiente para acudir al veterinario clínico que confirmará que la mascota está perfectamente identificada con su microchip, que tiene la vacuna antirrábica al día y que cuenta con su pasaporte.
Sin embargo, De La Puente subraya que hay un requisito más cuando se viaja a diferentes países con riesgo de rabia, como es el caso de Marruecos: una prueba serológica de anticuerpos que indica si la vacuna ha sido eficaz para que el animal tenga suficientes defensas y esté protegido en caso de estar en contacto con el virus rábico.
La jefa de la dependencia de Agricultura y Pesca de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, Carmen de los Reyes, insiste en la importancia de llevar a los animales con todos los requisitos en regla, especialmente en momentos de intenso tránsito fronterizo como los próximos días, cuando se espera un repunte de viajeros tras el fin del ramadán, el mes de ayuno para los musulmanes.
También recuerda que en todos los países no hay laboratorios autorizados por la Unión Europea para hacer este control y, en caso de que los haya, "hay que esperar tres meses para que las pruebas sean válidas".
Es decir, si la prueba no se hace antes de abandonar la UE, sino una vez el animal de compañía está en un país tercero, para que la entrada del animal en el territorio comunitario esté permitida habrá que esperar un periodo de tres meses, que corresponde con el promedio de incubación de la rabia.
El jefe del servicio de viajeros de la aduana de Algeciras, Gabriel Correa, cifra entre un 30 y el 40 % los casos de animales que actualmente no cumplen con los requisitos en este paso.
En estos casos, "lo primero que hacemos en detenerlo y avisar al veterinario oficial" y, a partir de ahí, el viajero elige entre reportarlo a Marruecos, dejarlo en cuarentena o sacrificarlo.
Mantenerlo en cuarentena hasta que todo esté en regla puede costar al dueño de 500 a más de mil euros, destaca Correa, a lo que se suman los gastos de los turistas que viven fuera de España y tienen que volver a buscar a su mascota".
Correa asegura que "hay que ser muy efectivo en los controles aduaneros" y que todas estas precauciones son necesarias para evitar problemas de salud pública como el que se dio el año pasado cuando un perro infectado mordió a tres niños y un adulto en Toledo.
Según la Organización Mundial de la Salud, hay rabia en más de 150 países y territorios; cada año, unas 55.000 personas mueren por esta enfermedad, especialmente en Asia y África, y en la mayoría de los casos los perros son la fuente de infección.
La limpieza de la herida y la inmunización en las horas siguientes al contacto con un animal presuntamente rabioso pueden evitar la aparición de la enfermedad y la muerte.
Por ello, cada año más de 15 millones de personas en todo el mundo reciben tratamiento profiláctico postexposición.
(Agencia EFE)
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