Cada vez son más los animales que antes sólo residían en sus entornos naturales o en zoológicos, y que gradualmente se van incorporando a nuestros hogares como mascotas. Entre ellos hay un simpático y curioso animal: el perrito de las praderas.
Su distribución natural se extiende por gran parte del continente americano, desde el sur de Canadá hasta el norte de Méjico, donde llega a ocupar grandes extensiones de zonas de pasto.
La decisión de convivir con uno de ellos, al igual que con cualquier otro animal de compañía, debe ser muy meditada; este posible compañero puede vivir unos diez años de media, su peso oscila entre el medio kilo y los dos kilos, y llega a alcanzar los 35 centímetros de longitud.
Son animales diurnos que requieren atención, tiempo y cuidados. Una interesante opción es que tengan un compañero o compañera de su misma especie. Si nos planteamos esta posibilidad, la incorporación de los animales hay que realizarla al mismo tiempo; con ello evitaremos conflictos y peleas.
Debemos ubicarlos en una jaula resistente y suficientemente amplia, cuando no podamos supervisar su actividad; si los dejamos solos, nuestro mobiliario puede verse seriamente afectado por sus incansables dientes.
Dentro de su jaula habrá que incorporar túneles o lugares donde esconderse. Nunca utilizaremos como suelo para dicha jaula arena para gatos, sepiolita, ni ninguna otra arena arcillosa; el material más adecuado es el serrín.
En lo referente a la alimentación, los perritos de las praderas necesitan una dieta variada. Esta debe contener pienso especial y una mezcla comercial de semillas para roedores que podremos adquirir fácilmente en cualquier tienda especializada; además, aceptarán de muy buen agrado una correcta variedad de vegetales, frutas y alfalfa, bien sea fresca o en heno.
También es importante que estos animales dispongan siempre de agua fresca y limpia, que ofreceremos en bebederos de tubo.
En lo referente a la reproducción, alcanzan la madurez sexual a los dos o tres años, y la hembra entra en celo durante dos a tres semanas, entre enero y abril. El período de gestación dura poco más de un mes, tras el cual pueden nacer de dos a diez crías.
Es fundamental que para la adquisición de estos animales, para orientarnos sobre sus cuidados, y para resolver sus problemas sanitarios, nos apoyemos en un veterinario especializado en animales exóticos; así nos aseguraremos del correcto estado del recién llegado, facilitando que la convivencia con un ser tan especial, transcurra sin problemas.
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